martes, 19 de febrero de 2013

A bote pronto I: El libro de Monelle, de Marcel Schwob

Un amigo especial me recomendó hace tiempo El libro de Monelle, a este amigo le gusta hablar de los sucesos cotidianos de la vida, él siempre encuentra alguna frase lapidaria para encerrarlos y, sin embargo, estos sucesos crecen en perspectiva, se derraman en pensamientos, se prolongan hasta incluso perder el horizonte de su remedio, nunca una frase lapidaria tuvo más vida. El libro de Monelle llegó a mi mano, más bien mi mano llegó a él (Buenos Aires, Editorial Argonauta, Segunda edición, 1974). Mi amigo encierra en su palabra toda suerte de pureza, sus ojos son expresión del alma cuando su memoria prodigiosa se derrama por todas esas hojas que en un pasado leyó, admiro su ágil amansar de palabras hasta encontrar el mimetismo con las que el escritor las produjo. Pero como dice el propio Schowb, "Piensa en el momento. Todo pensamiento que dura es contradicción", y nosotros, amigos, volvemos a caer en las mismas discusiones, la cotidianidad avanza y nos detenemos en ella, nos contrariamos, nos prostituimos.
Después de leer El libro de Monelle me quedan dos sensaciones disímiles: la ternura, la intensidad, el onirismo que experimenté al terminar Hiperión o El eremita de Grecia, de Hölderlin; y la intimidad y confianza con la que platico con mi amigo, salvo que por detrás de mí aparezca una mujer hermosa o embriagadora que bien pudiera ser la propia Monelle. Monelle es "algo" que promete un mundo diferente al que estamos acostumbrados, empuja hacia un viaje iniciático de un espacio y tiempo nuevos. La primera parte del libro, por tanto está llena de aforismos que en realidad son consejos ante la incertidumbre. Después, ¡lectores imprudentes!, llegamos a conocer a las hermanas de Monelle, todas las máscaras que coexisten en la misma danza que leemos, son personas de carne y hueso como nosotros, algunas las reconocemos bien en nuestra experiencia. Monelle nos espera al final del viaje y sólo ahí nos preguntamos si el camino ha merecido la pena o si hubiera sido mejor quedarnos quietos. Una sentencia inicial nos ayuda a dictaminar: "No digas: ahora vivo y mañana moriré. No dividas la realidad entre la vida y la muerte. Di: ahora vivo y muero".
Quien se acerca a El libro de Monelle cree encontrar espejos mágicos que responden a preguntas recurrentes, pero cuando uno va a abrazarlos para llevarlos consigo éstos se diluyen como pequeños charcos de agua bajo el efecto del sol. Y es que "Los hombres buscan su alegría en el recuerdo y resisten a la existencia y se enorgullecen de la verdad del mundo, que ya no es verdadera puesto que se ha convertido en verdad".

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