tag:blogger.com,1999:blog-38367801337952827362024-02-06T22:30:20.299-06:00Copal y Ocote.Rincón para la literaturaConrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.comBlogger22125tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-191862629464368652013-04-02T01:10:00.000-06:002013-04-02T01:10:05.131-06:00Vuelta al ser humano<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Padres,
hijos y primates<o:p></o:p></span></i></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Jon Bilbao<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">176 pp.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Salto de Página, Madrid, 2011<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt;">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt;">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiM1eixgLI2GywJ_HO6ufeIkheNCF8iRtI3NICqB4qUukhD52u9Ozu_D0dkSl90cUfR3oISr0VK-t7CdFhK4zeRjP2tbF5M5_oafFExuXo8ZTr6rt1F7E_cCxqBRdlEoz7ZzCHm51dvLQx/s1600/portada_alta.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiM1eixgLI2GywJ_HO6ufeIkheNCF8iRtI3NICqB4qUukhD52u9Ozu_D0dkSl90cUfR3oISr0VK-t7CdFhK4zeRjP2tbF5M5_oafFExuXo8ZTr6rt1F7E_cCxqBRdlEoz7ZzCHm51dvLQx/s320/portada_alta.jpg" width="209" /></a><span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Jon Bilbao tiene la
virtud de escribir bien pero también la de ganar premios en los años pares. De
esta forma, fue galardonado con el Ojo Crítico en 2008, el Tigre Juan en 2010 y
el “Otras Voces, Otros Ámbitos” en 2012 a la mejor novela publicada durante el
2011 y que no haya vendido más de tres mil </span><span style="line-height: 200%; text-indent: 35.45pt;">ejemplares. Este último es el premio
que recibió </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Padres, hijos y primates</i><span style="line-height: 200%; text-indent: 35.45pt;">.
Y es que parece que todo lo que rodea a Jon Bilbao, ingeniero de minas de
formación ―además de filólogo inglés―, goza de una simetría perfilada a base de
pulir el lenguaje.</span><br />
<o:p></o:p><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Padres, hijos y primates</span></i><span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";"> se desarrolla en la tierra en donde los
agoreros querían descifrar el fin del mundo hace escasos meses: la Riviera Maya.
Allí es donde el autor sitúa a sus personajes al borde de una amenaza natural:
un huracán, de los muchos que suelen asolar la península durante los meses de
agosto y septiembre. Las fuerzas de la naturaleza encuentran correspondencia en
las del protagonista de la novela, Joanes, precisamente un ingeniero sin suerte
que, durante el período estival, espera la llamada de un contratista que palie
el fracaso hacia el que se dirige su empresa en España. Ergo, bajo el influjo
de este huracán, en la novela suceden hechos que hacen cuestionar al lector el
valor de la casualidad ―si no el de la verosimilitud. De las profundidades de
la selva aparece repentinamente un chimpancé ―especie común del África
occidental― que desencadena, a su vez, otros dos hechos `demasiado´ casuales:
el encuentro de Joanes, en una carretera secundaria en mitad de la selva, con un
antiguo profesor suyo de la Universidad, y la coincidencia en el refugio con un
afroamericano cuidador de chimpancés. Con ambos, Joanes tiene cuentas
pendientes, y ahí radica la tensión narrativa. El personaje protagonista de la
novela inicia un viaje interior semejante al que Marlow emprendiera a finales
del siglo XIX en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El corazón de las
tinieblas</i>, de Joseph Conrad ―en el corazón del continente africano―, un
viaje en la indomable naturaleza de la selva que es reflejo de una navegación a
través de sus frustraciones, deseos, límites e impulsos. Curiosamente, el
chimpancé que cuida el negro en el refugio sólo responde a un cayado, el mismo
que abre paso a un tiempo regresivo en el cuento de Alejo Carpentier, “Viaje a
la semilla”. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Padres, hijos y primates</i>,
como no podía ser de otra forma, también se encuentran las teorías de diversos
científicos como Turing, que planteó la existencia de una máquina hipotética
que sería capaz de determinar la veracidad o no veracidad de cualquier
afirmación, o como Jung, el de “la libido de lo irrazonable”. Por tanto, determinar
la veracidad o no del relato, lo irrazonable o no de la historia serán algunos
de los cometidos del lector, más si cabe teniendo en cuenta que Jon Bilbao ya
tiene antecedentes de haber sido incluido en una antología del relato
fantástico ―<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Perturbaciones</i>, edición y
prólogo de Juan Jacinto Muñoz Rengel. Sin embargo, el lector que no quiera ver
un relato fantástico siempre podrá aferrarse a la casualidad, a la apariencia
de realidad, a lo palpable y geométrico del espacio, al color local
perfectamente trasladado por el autor y es que la acción se desarrolla en uno
de esos países en los que nada escapa a la posibilidad de suceder: México. Siendo
justos, todo esto nos debe dar igual, Jon Bilbao consigue en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Padres, hijos y primates</i> desnudar muchos
de los debates que afronta el ser humano en esta segunda década del siglo XXI,
debates ―incluso tecnológicos― que no sabemos si serán arrasados por la
voracidad de la naturaleza.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Conrado Arranz<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Febrero de 2013<o:p></o:p></span></div>
</div>
Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-9324947376264817842013-03-22T01:04:00.000-06:002013-04-02T00:56:42.097-06:00A bote pronto III: El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad<br />
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-family: Times New Roman;">
</span><br />
</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDtkN6-_7q7UfJBp6RgC3JEcSqfMpTSld1zyUGyBwRjoUbA6qeLAlBV0fbHThJRL2DcaoytjuQXhzgwech9VfHcVchWy0lhsvE5ZKph0TscO1sy28bBK4BeS5uN9rOPLH3CmxKjlxl1iuD/s1600/IMG_3715.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDtkN6-_7q7UfJBp6RgC3JEcSqfMpTSld1zyUGyBwRjoUbA6qeLAlBV0fbHThJRL2DcaoytjuQXhzgwech9VfHcVchWy0lhsvE5ZKph0TscO1sy28bBK4BeS5uN9rOPLH3CmxKjlxl1iuD/s320/IMG_3715.JPG" width="320" /></a></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Muy
al inicio del libro, la voz de un narrador en tercera persona que introduce a
los protagonistas de la acción, nos confiesa que «</span><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;">los relatos de los marinos tienen una franca sencillez:
toda su significación puede encerrarse dentro de la cáscara de una nuez</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">»,
cuál fue mi sorpresa que hacía pocos días que yo había comprado media cáscara
de nuez en un mercado de artesanías de México D.F. (ver foto), había ido a
comprar unos presentes para mi próximo viaje a Madrid y me llamó la atención
esa cáscara empolvada, arrinconada, insignificante que incluso creó duda en el
vendedor. ¿Cuánto cuesta?, le dije; el hombre peló los ojos y me contestó con
una pregunta: ¿va usted a comprar alguna otra cosa?; Sí ―y dejé entre sus manos
algunos recuerdos elocuentes―; es gratis. Sin duda, el vendedor no sabía que,
pese a que la nuez encierra a una mujer con su rodillo y su comal, los relatos
marinos también pueden encontrarse allí. Esto quedaría en una simple y casual anécdota
si no fuera porque pocos días después y, por culpa de una dolencia
estomacal severa, una enfermera risueña me pidió muestras de mis heces, en
concreto tres, y cada una debía de tener el tamaño de una nuez. Sintió mi
asombro de inmediato y me preguntó: ¿sí sabe lo que es una nuez, verdad?; sí,
afirmé, es el lugar en donde caben los relatos de los marineros. Ella disimuló
como si no me hubiera entendido o, peor aún, como si estuviera loco (o incluso como si yo fuera gachupín). <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El corazón de las tinieblas</i> (1899 por entregas; 1902 como libro) es el relato
de un marino inglés, Marlow, que narra su viaje a una lejana colonia en
África. Sin embargo, «</span><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;">Marlow no era
un típico hombre de mar (si se exceptúa su afición a relatar historias), y para
él la importancia de un relato no estaba dentro de la nuez sino afuera,
envolviendo la anécdota de la misma manera que el resplandor circunda la luz, a
semejanza de uno de esos halos neblinosos que a veces se hacen visibles por la
iluminación espectral de la claridad de la luna». Esto es clave: aunque el
relato que Joseph Conrad presenta en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
corazón de las tinieblas</i> podría ser cualquiera contado por un
marinero que se aventura en una larga travesía, esta historia, por ser de Marlow,
reviste de un sentido especial que, curiosamente, se encuentra fuera de la
nuez, cuando ese espacio no es sino nuestro interior, el interior de los seres
humanos que también nos lanzamos al mar en busca de una larga travesía que, en
el fondo, es la vida. Marlow encarna a la perfección la parábola del marinero
que nada más llegar a su destino debe arreglar un barco destartalado para
cumplir una peligrosa misión en tierras salvajes, sólo en la mar y ante las
turbulencias sabremos si ese barco resiste, si nosotros somos capaces de
soportar las presiones a las que nos somete nuestra travesía; por el contrario, si el barco
quedara anclado en puerto, cumpliendo un simple papel burocrático, nunca
sabríamos si está preparado para resistir un viaje.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
<span style="font-family: Times New Roman;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;">Marlow, a su vez, persigue una figura mítica, la de
Kurtz, un agente del que va teniendo noticias a través de otros y que
constituirá un espejo en donde mirarse. Debe rescatarlo precisamente a él,
allá, muy lejos, remontando el río, en el corazón de las tinieblas. Pese a que
suceden algunas acciones en el exterior, el relato más intenso es el que se
produce entre líneas, el que podemos leer aplicado al espíritu de Marlow, «la
fuerza no es sino una casualidad nacida de la debilidad de los otros», ahí
inicia el verdadero viaje, el que supone una lucha para poner a la par el
subconsciente de Marlow y la temible naturaleza siempre acechante de las
profundidades del continente africano. Y encontramos, ¿casualmente, también?, dos
aspectos que serán importantes en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
pasos perdidos</i> (ver “<a href="http://copalyocote.blogspot.mx/2013/03/a-bote-pronto-ii-los-pasos-perdidos-de.html" target="_blank">A bote pronto II</a>”): la ley y la fundación. Ante la
indómita naturaleza el personaje ironiza: «mientras existiera un pedazo de
papel escrito de acuerdo con alguna ley absurda, o de cualquier otro precepto ―redactados
río abajo―, no cabía en la cabeza preocuparse sobre su sustento», es el planteamiento
de la regulación de sociedades que no tienen cubiertas sus necesidades más
básicas, es la crítica al colonialismo inglés. En común con la novela de
Carpentier también tiene el hecho de que Kurtz había sido en esencia un gran
músico; por último, en algún momento la voz narrativa afirma: «él había dado el último
paso, había transpuesto el borde, mientras que a mí me había sido permitido
volver sobre mis pasos», ¿fuente de inspiración?.<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: Times New Roman;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;">La virtud de Conrad es no juzgar, no recrearse en
elementos exóticos que pudieran captar la atención de la civilización
occidental y sí desnudar el alma de un hombre ante los peligros que entrañan
las fuerzas de la naturaleza; si se escapa una crítica mordaz al sistema,
mejor, pero todo sutil, suave, como se desliza el barco de Marlow entre las
aguas tenebrosas.</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></div>
</span><span style="font-family: Times New Roman;">
</span><br />Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-7523543389993764482013-03-15T14:18:00.000-06:002013-03-15T14:18:13.774-06:00La luz difícil. Un ritual de espera
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">La
luz difícil<o:p></o:p></span></i></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Tomás González<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">132 pp.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Alfaguara, México, 2011<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfHZ7S_Py9-iZ-WMIofczpPc4qKsGUeNA21oxjdORwcd40Jt3OUf_l5H6i2troOh4EuHVa469RDYVrJ9v27Gz7gfL8z4VimqszY3WGPbsnjDLhBoOpEHNHAjQL-3d2GdYOh6nswZ6r5m83/s1600/portada-luz-dificil_grande.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfHZ7S_Py9-iZ-WMIofczpPc4qKsGUeNA21oxjdORwcd40Jt3OUf_l5H6i2troOh4EuHVa469RDYVrJ9v27Gz7gfL8z4VimqszY3WGPbsnjDLhBoOpEHNHAjQL-3d2GdYOh6nswZ6r5m83/s320/portada-luz-dificil_grande.jpg" width="200" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">David, pintor
antioqueño, recuerda desde su retiro en Colombia, la tensa espera que toda la
familia padeció en Nueva York: aguardan la muerte voluntaria de su hijo Jacobo,
una muerte que prorroga y cincela el tiempo. Espacio y tiempo pasan a ser
protagonistas en la novela, ambos quedan subjetivados en David, no importa
tanto si el departamento en el que viven tiene una imagen selvática en la que
revolotea un loro, símbolos de la presencia colombiana ―pasado y futuro del
personaje― o si un paseo a un parque cercano posibilita interactuar con un
extraño melómano, la realidad es que el espacio lo construye David por medio de
su parlamento en primera persona, un espacio que va a verse limitado por la
pérdida paulatina de visión, un espacio que cambiará radicalmente con la muerte
de su esposa Sara. Ahí interviene el juego con el tiempo: el narrador reflexiona
sobre la muerte ya tendiendo su mirada hacia el pasado (la muerte de Sara, sublimada
en el amor y la pasión) ya hacia el futuro (la espera ante la muerte de Jacobo,
la derrota ―que es victoria digna― ante el dolor); la muerte se convierte en un
ritual ineludible, ningún detalle escapa a la narración, Cristóbal, el gato,
también tiene la suya. El presente se convierte en un espacio devastado ―mínimo―
en el que los objetos van difuminándose al paso de la reflexión del personaje.
El tiempo que transcurre en una sala esperando la llamada que comunique la
muerte del hijo, en realidad es un tiempo ya muerto, aunque Jacobo en la
distancia todavía siga vivo. “El tiempo iba hacia adelante y hacia atrás”,
afirma el narrador al intentar asirlo y eso pensamos los lectores al
internarnos en los diferentes capítulos. Paradójicamente, la devastación que
preside el presente, tiene sus propios puntos de fuga: la palabra mal escrita
con la que termina el libro, la intertextualidad hacia diversas disciplinas del
arte (poesía, música, pintura, arquitectura), el amor que subyace del recuerdo
de David hacia Sara ―aunque sea contrapunto de inquietantes juegos seniles con
su joven empleada doméstica―, la ceguera paulatina del narrador que no conduce
a la sombra sino a la luz. Una imagen no abandona al lector a lo largo de la
narración: la pintura de la espuma que deja un barco al pasar. La novela es
tránsito hacia la muerte ―el propio David la aguarda con el mismo traje de gala
con el que acude a los homenajes que le brindan―, es reflexión sobre su espera
y su consumación, y termina por envolver al lector: el presente desde el cual
narra el personaje-narrador es nuestro futuro.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Como en la célebre <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Crónica de una muerte anunciada</i>, Tomás
González renuncia al uso de cualquier elemento sorpresivo en su reflexión en
torno a la muerte ―no hay nada más tangible en la vida. Aunque a veces la
narración pueda parecer monótona, en realidad es el ritmo impuesto al lector para
vivir ―leer― bajo esta condición ineludible de la muerte. Una conclusión común,
total, envuelve al autor, al lector y a la obra: “Pasó el tiempo. El resto no
ha sido silencio, no. El silencio irá llegando ahora”.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";"><o:p></o:p></span> </div>
<div style="text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; letter-spacing: 1pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Conrado Arranz</span></div>
Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-5282271481432947112013-03-09T13:04:00.000-06:002013-03-09T13:04:42.624-06:00A bote pronto II: Los pasos perdidos, de Alejo Carpentier<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvSaFyQtmiXusgUXMNhGXmOQU14vmqHCwLx9VkN3Vyl-7Y1O-ipXcH9LJGTZUpjxlOXy34EQJolHuLnoxkCSEhCIHL9UUe9RqRrG4Hidw1syCNix2g1RRobV4vrqqscjYTwDmuq3ike71U/s1600/Alejo+Carpentier.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvSaFyQtmiXusgUXMNhGXmOQU14vmqHCwLx9VkN3Vyl-7Y1O-ipXcH9LJGTZUpjxlOXy34EQJolHuLnoxkCSEhCIHL9UUe9RqRrG4Hidw1syCNix2g1RRobV4vrqqscjYTwDmuq3ike71U/s320/Alejo+Carpentier.jpg" width="209" /></a></div>
<div style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;">
Alejo Carpentier pudo también fijarse en Venezuela porque, como él mismo advierte en una nota al finalizar la novela: "Santa Mónica de los Venados [lugar al que llega el personaje principal] es lo que pudo ser Santa Elena del Uarirén, en los primeros años de su fundación, cuando el modo más fácil de acceder a la incipiente ciudad era una ascensión de siete días, viniéndose del Brasil, por el abra de un tumultuoso torrente". Sin embargo, el lector tiene la sensación de estar viajando a través del libro por toda la América hispana de una vez y no sólo de manera geográfica sino a través del tiempo, retrocediendo hasta la fundación de las primeras ciudades por aquellos "descubridores" del Nuevo Mundo que dejaban sus experiencias recogidas en largas Relaciones y hacían uso de lo que ellos habían aprendido del Imperio Romano para fundar las primeras ciudades: el derecho. Es en este extremo en donde encaja la lectura que de <i>Los pasos perdidos</i> hace el teórico Roberto González Echeverría, en su <i>Mito y archivo. Una teoría de la narrativa latinoamericana</i>. Roberto González cita a <i>Los pasos perdidos</i> como novela paradigmática del "regreso atávico al recinto que guarda sus [de la narrativa latinoamericana] orígenes legales, el archivo, y la acumulación de formas obsoletas del discurso del conocimiento y el poder".</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Esta semana Venezuela se encuentra en boca de todos, Hugo Chávez, el Presidente de la revolución bolivariana, murió luego de un complicado cáncer. La constante repercusión de Venezuela en los medios escritos me hizo sin duda recordar dos obras fundamentales para la narrativa hispanoamericana: <i>Las lanzas coloradas</i>, de Arturo Uslar Pietri y <i>Doña Bárbara</i>, de Rómulo Gallegos, la visión histórica y vanguardista venezolana frente a la reflexión provinciana y realista del choque entre la civilización y la barbarie.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaxvJUhhUrd2vGH81OMtOIcsTLQugOF3BOMmJdCpu4fNumfxOqYIXOCIz4GReC-uhx0BhMswH7S5udmTAiWm_iD6aJ8_uBQ8H4IeN4iDdYR1Np41-_pbDNxN5Kns5zkmWmrctiFxHoTptJ/s1600/libro_1356596647.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaxvJUhhUrd2vGH81OMtOIcsTLQugOF3BOMmJdCpu4fNumfxOqYIXOCIz4GReC-uhx0BhMswH7S5udmTAiWm_iD6aJ8_uBQ8H4IeN4iDdYR1Np41-_pbDNxN5Kns5zkmWmrctiFxHoTptJ/s1600/libro_1356596647.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Tal vez Alejo Carpentier no se prodigó mucho en la elaboración de unas tramas complejas en sus novelas o cuentos, sin embargo, su fuerte es ese lenguaje frondoso, adulador, lleno de intertextualidad, de metáforas, de nuevos sustantivos, transversal muchas veces a los diferentes léxicos de toda América, un lenguaje que nos conduce como un viaje a través de la historia de un personaje en búsqueda, en este caso, no sólo de los instrumentos que sirvan a su Universidad para seguir avanzando en el origen de la música, sino también en su propia esencia, en la relación con lo necesario y lo accesorio, en la mujer que debe estar a nuestro lado, en el futuro de la civilización que precisamente quiere observar en un medio que se parece al origen de la misma. "Y yo pensaba en lo mucho que se exaspera el hombre, cuando sus máquinas dejan de obedecerle", dice el personaje. En este viaje a través del tiempo el espacio juega un papel fundamental, la arquitectura es importante para Carpentier, igual que ha sido capaz de hacernos llegar La Habana a través de las letras, también lo es a la hora de describir esas sencillas ciudades recién fundadas en mitad de la selva, o la arquitectura propia de la naturaleza, llena de marcas. El tiempo se difumina a medida que el personaje se introduce en el terreno de la naturaleza y lo que era una novela contada en forma de diario (en primera persona) se convierte en una serie de anotaciones numeradas en donde no es tan importante el nombre y número del día. Entonces, la forma en que el personaje vive el tiempo se puede resumir en una reflexión del mismo: "No puede ser presente esto que será ayer antes de que el hombre haya podido vivirlo y contemplarlo". Esto da paso a un lenguaje diferente, un lenguaje que merodea al ser y se impregna de mitos y de historia. "Los hombres de las ciudades en que yo había vivido siempre no conocían ya el sentido de esas voces, en efecto, por haber olvidado el lenguaje de quienes saben hablar a los muertos", un lenguaje más acorde a un realismo maravilloso que se desprende no tanto de la apreciación de una realidad objetiva, que también, sino de una realidad apresada por la conciencia del personaje. Sólo por medio de un "viaje a la semilla" podemos reconocer en qué ha derivado nuestra civilización... y es que el personaje pugna por los cuadernos de el Adelantado, compañero de viaje y principal impulsor de la fundación de ciudades, ya que ese papel sirve tanto para nutrir la inspiración musical del personaje como para recoger las actas fundacionales y codificar las leyes que regulan las relaciones públicas y privadas de los seres humanos. Es la representación del choque entre el poder y el arte.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al igual que el personaje, debemos salirnos del viaje interior para regresar a la civilización cuyos cambios se producen de una manera vertiginosa, sin que apenas podamos detenernos a reflexionar sobre ellos. En treinta días, Venezuela - ese país que de alguna forma, incluso casual, es centro narrativo de <i>Los pasos perdidos</i> - deberá elegir un nuevo Presidente y, por tanto, legitimar o no la búsqueda que el pueblo emprendió hace ya catorce años. "Encuentro trivial, en cierto modo, como son aparentemente todos los encuentros cuyo verdadero significado sólo se revelará más tarde, en el tejido de sus implicaciones...".</div>
Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-59013625255004953632013-03-05T23:11:00.000-06:002013-03-15T14:18:51.695-06:00"Te amo. Soy el hijo de mi madre"<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: right;">
<i><span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";"><br />Canción
de tumba<o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Julián Herbert<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">206 pp.<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Mondadori, México, 2011<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEha9iCnhOriid40hcy3jq4UOcjsrXw9h9RvqKVdH6sDhyphenhyphenezgTIT-rFr6w4BqrgEF8MLLuzKLgpm7kUA3J6RrVVqt_0IKSbY0Z21c_SsfYuoHwiSfXRmG34GKY1-zIFZ_8MVlrDXkmkOJIez/s1600/canci%C3%B3n+de+tumba.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEha9iCnhOriid40hcy3jq4UOcjsrXw9h9RvqKVdH6sDhyphenhyphenezgTIT-rFr6w4BqrgEF8MLLuzKLgpm7kUA3J6RrVVqt_0IKSbY0Z21c_SsfYuoHwiSfXRmG34GKY1-zIFZ_8MVlrDXkmkOJIez/s320/canci%C3%B3n+de+tumba.jpg" width="191" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Tomo el título del
propio texto de Herbert. Es una virtud literaria hacer coincidir las geografías
humanas con las físicas, lograr que se correspondan en plenitud. En la novela
de Julián Herbert, el lector puede elegir entre dos relatos que están
íntimamente fundidos en la figura del protagonista. Por un lado, el relato
autobiográfico del autor, que narra cómo transcurre su vida unida a la de su
madre: una prostituta gravemente enferma ―por cierto, a la cual la burocracia
del Hospital de Saltillo le ha agringado el apellido: “Charles” en lugar de
Chávez. Por otro lado, el relato de un país, su México natal, por la novela
transcurren todos los temas que lo afligen: el papel de la mujer en la
sociedad, el de la desaparición de los padres, el “filofascismo” de Calderón,
las desapariciones adeudadas por el PRI, el sindicalismo convertido en lacra,
la burocracia amenazante y enquistada, las muertes del narcotráfico. Además, en
ese esfuerzo del autor para que nada quede suelto, el protagonista narra dos
viajes que parten de México y sirven al efecto de establecer coordenadas
geográficas: uno a Berlín (la ciudad en la que cayó el muro, la ciudad que
representa la absorción del comunismo por el orden capitalista occidental) como
escritor, un viaje pausado, con su novia, un viaje de creación; el otro a La
Habana (ciudad en la que aún sigue vigente el régimen socialista) como joven
destructor, testigo del exceso y de personajes estrafalarios, sobre los que en
la última parte del libro se llega incluso a cuestionar su veracidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">El estilo de Herbert
es ágil, en ocasiones su lenguaje se estiliza y se llena de lirismo, ya sea para
narrar hechos sublimes ya para bucear por los bajos fondos de la droga, la
prostitución y la miseria. De cualquier forma, el uso del lenguaje está
ajustado al desarrollo de la acción y a los sentimientos que alberga el
protagonista, con una primera persona que permite empatizar más con el lector,
con el cual el autor-narrador ha suscrito un pacto sólido desde el inicio de la
novela y que sólo se ve en entredicho en la última parte cuando algunos sucesos
y personajes son cuestionados en su existencia por el propio autor-narrador, el
cual difumina los límites entre la realidad y la ficción, muestra al personaje
controvertido y contradictorio que hay detrás del “yo” y lanza al lector a un
vacío en el que no tiene más remedio que preguntarse: ¿es éste el mundo ―el
México― que hemos construido?, cuyo correlato geográfico-personal sería:
“¿quién era el fantasma: mi padre o yo…?”. Julián Herbert plantea las bases de
un relevo generacional, la madre ha muerto tras una larga enfermedad, los
herederos deberán bajar a Comala con un mandato: “exígele lo nuestro. Lo que
estuvo obligado a darme y nunca me dio…”, sólo así los nuevos recién nacidos
darán sentido a esa Suave Patria que bien captara Ramón López Velarde. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Conrado Arranz<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">julio de 2012<o:p></o:p></span></div>
Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-83215465901387599102013-02-26T19:49:00.002-06:002013-02-26T19:49:52.385-06:00Entrevista a Viviana Paletta y Óscar Pirot<br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="background-color: #fafafa; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19px;">*La presente entrevista se publicó (junto con un ensayo sobre las obras de ambos autores y una selección de sus poemas) en la revista </span><em style="background-color: #fafafa; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19px;">Separata</em><span style="background-color: #fafafa; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19px;">, número 22, correspondiente al mes de julio de 2011.</span></blockquote>
<table border="1" cellpadding="0" cellspacing="0" class="MsoNormalTable" style="border-collapse: collapse; border: none; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-insideh: .5pt solid windowtext; mso-border-insidev: .5pt solid windowtext; mso-padding-alt: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-yfti-tbllook: 1184; width: 103%px;"><tbody>
<tr style="height: 25.4pt; mso-yfti-irow: 1;"><td style="border-bottom: solid windowtext 1.0pt; border: none; height: 25.4pt; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-top-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-top-alt: solid windowtext .5pt; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 26.08%;" width="26%">
</td>
<td colspan="2" style="border: none; height: 25.4pt; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 45.96%;" valign="top" width="45%">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 34.75pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
</td>
<td style="border: none; height: 25.4pt; mso-border-top-alt: solid windowtext .5pt; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 27.96%;" width="27%">
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<br /></div>
</td>
</tr>
<tr>
<td colspan="3" style="border-top: none; border: solid windowtext 1.0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-top-alt: solid windowtext .5pt; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 72.04%;" valign="top" width="72%">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 3.2pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<b><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Viviana Paletta </span></b><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 200%;">(Buenos
Aires, 1967). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 3.2pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">En 1986 recibió el 1<sup>er</sup> premio de Poesía en
el I Certamen Literario para la Mujer Argentina y en 1989 fue seleccionada en
la Primera Bienal de Arte Joven de Argentina. En 2003 publicó su libro de
poemas <i>El patrimonio del aire.</i> Sus
cuentos integran: <i>Di algo para romper
este silencio</i> (México, 2005), <i>Antología
de seres de la noche </i>(México-Florida, 2006) y <i>El arca. Bestiario y ficciones de treintaiún narradores
hispanoamericanos,</i> (Santiago de Chile-Lima, 2007). Está incluida en <st1:personname productid="la antología Estruendomudo" w:st="on">la antología <i>Estruendomudo</i></st1:personname> y <i>Los poetas interiores. Una muestra de la
nueva poesía argentina</i> (Madrid, 2003 y 2005). Ha editado y prologado los <i>Cuentos completos</i> de Rodolfo Walsh (Madrid,
2010).</span><b><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></b></div>
</td>
<td style="border-bottom: solid windowtext 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-left-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-left-alt: solid windowtext .5pt; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 27.96%;" valign="top" width="27%">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6tgmdbtbIi_TJ2z0hv0YKbwk203o4yq_yfYs3BG5e5t_vPPeBEQ4yewUkdwU8sTu2Sh28OCa3przK91pMM3MzST-AFfi7ZYLQGJ5zesR7V6mpHVfk1gAeXv-BJxXagVkagDkdmaXCTnos/s1600/Viviana+Paletta.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6tgmdbtbIi_TJ2z0hv0YKbwk203o4yq_yfYs3BG5e5t_vPPeBEQ4yewUkdwU8sTu2Sh28OCa3przK91pMM3MzST-AFfi7ZYLQGJ5zesR7V6mpHVfk1gAeXv-BJxXagVkagDkdmaXCTnos/s200/Viviana+Paletta.jpg" width="150" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
</td>
</tr>
<tr>
<td style="border-bottom: solid windowtext 1.0pt; border-left: none; border-right: solid windowtext 1.0pt; border-top: none; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-right-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-top-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-top-alt: solid windowtext .5pt; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 26.08%;" valign="top" width="26%">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKFC7cmHo-OzNm_MADzGZB6eoJRpSLXKzdcDE7Xr93N5jnMvrnisU_pxH2xH192e3lFO01JDG4m0bYUUlUOvv95entTZat67sEyL8gpGmZ1NlwR3Vi5avXPzztB3JVbfWd0kv1G_FY5LIs/s1600/%C3%93scar+Pirot_FOTO+Separata.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="170" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKFC7cmHo-OzNm_MADzGZB6eoJRpSLXKzdcDE7Xr93N5jnMvrnisU_pxH2xH192e3lFO01JDG4m0bYUUlUOvv95entTZat67sEyL8gpGmZ1NlwR3Vi5avXPzztB3JVbfWd0kv1G_FY5LIs/s200/%C3%93scar+Pirot_FOTO+Separata.jpg" width="200" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
</td>
<td colspan="3" style="border-bottom: solid windowtext 1.0pt; border-left: none; border-right: solid windowtext 1.0pt; border-top: none; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-left-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-top-alt: solid windowtext .5pt; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 73.92%;" valign="top" width="73%">
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.7pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: right;">
<b><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Óscar
Pirot</span></b><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 200%;"> (Ciudad de México, 1979)<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 3.2pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">Nació en la ciudad de México en 1979. Es autor de los
poemarios: Memoria del agua (Amarillo Editores, México, 2005), Luz anfibia
(Mención Especial del Jurado en el Premio de Poesía Universidad Complutense,
2010) y Bestimenta (Papel de Fumar Ediciones, La Tabacalera, Madrid, 2011).
Parte de su obra aparece recogida en la antología Donde el olvido no habite
(Legados Ediciones, Madrid, 2011). Actualmente reside en España y es miembro
del colectivo de poesía Lavarca Ebria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 3.2pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;"><a href="http://www.oscarpirot.blogspot.com/"><span style="color: windowtext; font-size: 11.0pt; line-height: 150%; text-decoration: none; text-underline: none;">www.oscarpirot.blogspot.com</span></a></span><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
</td>
</tr>
<tr>
<td colspan="4" style="border-top: none; border: solid windowtext 1.0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-top-alt: solid windowtext .5pt; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 100.0%;" valign="top" width="100%">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Aprovecho la ocasión para felicitaros
por la publicación de vuestros dos excelentes poemarios, <i>Las naciones hechizadas</i> y <i>Bestimenta
</i>que, sin duda, ofrecen una buena muestra de la calidad que la poesía
hispanoamericana, si atendemos a vuestro origen, tiene en la España
contemporánea; calidad a la que responden editoriales humildes y atrevidas
―esta calificación sólo desde la visión mercantil que hoy prima― como Papel
de Fumar Ediciones, de Madrid (España) y El Otro el mismo, de Mérida
(Venezuela), al reconocer el privilegio que los lectores tenemos de disfrutar
con estas letras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Conrado Arranz (CA): Me gustaría, en
primer lugar, saber cómo compatibilizáis vuestra vida cotidiana con la
escritura de poesía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Viviana Paletta (VP): Hablar de
compatibilidad sería todo un logro… Tengo una niña chiquita y llevo adelante
un proyecto editorial que, dado las dificilísimas circunstancias que estamos
atravesando, requiere la totalidad del tiempo y <st1:personname productid="la energ■a. No" w:st="on">la energía. No</st1:personname>
obstante, siempre intento reservar una parcela de tiempo para la escritura,
es una necesidad casi biológica, además de para reflexionar en torno a cada
texto en el que esté trabajando y acerca del hecho de escribir en general, y
de lecturas sobre teoría literaria, poética, etc.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Óscar Pirot (OP): El desbordamiento de
la cotidianeidad a veces me produce un estado de indeterminación, una suerte
de autismo existencial. Es como si la densidad de los días me fuera
fosilizando y me maquillara con un halo de invulnerabilidad. Es entonces
cuando la escritura se hace más necesaria, es entonces cuando uno se detiene,
baja las armas y se predispone a una voluntad de contagio. En mi caso, la
escritura no surge del trayecto sino de las pausas, esas pequeñas visiones en
las que de pronto el entusiasmo y la vitalidad nos devuelven la capacidad de
asombro. El asombro permite que uno no sea sombra. En mi día a día busco un
estado contemplativo, ese pequeño hallazgo que puede surgir de una reflexión,
un recuerdo o un contacto directo con la intemperie. Entre ese hallazgo y el
acto de la aparición del poema atravieso por un proceso al que denomino <i>la sedimentación del lenguaje</i>, un
lento despeñarse en el que busco que el poema sea quien me escriba y no yo
quien escriba el poema. En ese sentido
escribir no es escribir sino desollar el silencio, desoír para escuchar lo
que hasta ese momento se nos presenta como indecible. En mi vida cotidiana
compatibilizo la escritura con esa alteridad entre el hombre seducido por el
letargo de la rutina y el niño que se detiene boquiabierto a sentir cómo el
mundo acaba de nacer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">CA: ¿En qué proporción repartís la
carga espiritual y la carga material dentro de un poema?, ¿qué importancia
tiene la forma respecto al contenido en vuestra poesía? y ¿qué función cumple
cada una?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">VP: toda la carga espiritual, como la
defines, se expresa a través de la “estrategia” material. Para mí el poema es
un “híbrido” de continente (o forma) y contenido; no tiene ningún sentido que
la balanza se incline a favor de uno o de otro, iría en detrimento del poema.
Creo que un poema es una entidad autónoma cuando alcanza la mejor forma, la
expresión única de ese contenido a través de la materialidad que le sirve de
vehículo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">OP: Siempre me ha cautivado -entre
otras influencias filosóficas como el concepto de <i>sustancia divina</i> de Baruj Spinoza- la teoría del hilozoísmo de
Tales de Mileto como ejercicio espiritual a lo largo de mi vida. El
hilozoísmo abogaba por una animación psíquica de lo que a nuestros ojos se
presenta como inanimado. Tales de Mileto confiaba en que las cosas estaban
habitadas por pequeños dioses. Más allá de esta creencia, que me resulta
peculiarmente afín con la religión del shintoismo –guardando, claro, las
debidas proporciones- lo que me
produjo cierta curiosidad fue llevar a cabo ese planteamiento indagatorio
sobre las cosas que me rodeaban. Un ensayo imaginativo de despersonalización
para intentar penetrar en el ser de las cosas y hablar desde ellas o siendo
ellas. Por eso creo que la carga espiritual en mis poemas no está escindida
de la carga material, intento más bien que confluyan y se vean sometidas a
una simbiosis en la que se contengan simultáneamente. Trato que el poema
contenga un aliento místico y sobre todo naïf. En ese sentido me cautiva mucho una idea
del poeta mexicano Antonio Deltoro que dice que en “la infancia todo está
animado, todo está <i>almado</i>”, es
decir, que todo tiene alma. Lo que intento es que el poema sea una recreación
del instante, una realidad poética en donde las cosas dejen de ser ellas
mismas para convertirse en otras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">En algunos de mis poemas la
importancia de la forma es fundamental debido a que la distribución
tipográfica del verso o la adecuación a una forma métrica convencional o
inventada son el vehículo para que las palabras cuajen y fortalezcan el
sentido de lo que en ese momento se está diciendo. El cuerpo del poema se nos
presenta como una danza petrificada que cobra movimiento en la lectura. Busco
que la forma cumpla la función de hacer visible la musicalidad interior que
duerme en cada poema, y en otros casos que alimente el significado que se
desprende esa musicalidad. El contenido en la forma se vuelve incontinencia,
va más allá de ella, es una semilla que nace para transgredir
sus límites y florecer en una imagen distinta a la que se proyecta. En
mi poemario <i>Bestimenta</i> intenté que
esta relación fuera por demás evidente, quise que fuera un bestiario del
lenguaje. Así, por ejemplo, si el poema se refiere a una ardilla, un
escarabajo o a una libélula, utilizo el haikú, el aforismo o la greguería;
mientras que al hablar del hipopótamo, el mandril o de una <i>cocodrila, </i>recurro a un
desbordamiento, una incontinencia del lenguaje que denote la pesadez o la
violencia verbal que estos animales pudieran encausar a través de una voz
imaginaria. La forma y el contenido son una unidad indisoluble que busca ser
disuelta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">CA: En ambos poemarios, la reflexión
en torno al lenguaje termina por constituirse en un elemento esencial, ¿qué
inquietud os genera este tema y cómo interactúa con el resto?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">VP: Más que inquietud, supone un reto,
un aliciente, un acicate para la imaginación y el trabajo de encontrar la
correspondencia de la palabra con la forma que le es idónea. Creo que tenemos
“el lenguaje” y “todos” los lenguajes (y todas las formas, las más puramente
líricas y las provenientes de otros ámbitos) como materia prima a nuestra
disposición.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">OP: Mis dos grandes obsesiones son el
lenguaje y la luz. Desde el <i>Cratilo</i>
hasta nuestros días la idea de la palabra como portadora del ser ha sido un
tema inagotable. En mi opinión, este cuestionamiento se reduce a una
paradoja: el lenguaje no da vida pero es vida. “Hay que pensar -nos dice María Zambrano- que el primer lenguaje
tuvo que ser delirio. Milagro verificado en el hombre, anunciación, en el
hombre, de la palabra.” Si la palabra se anunció en nosotros estamos
destinados a enunciarla. En mis poemas no busco explicar el lenguaje sino
simplemente evidenciarlo, que el lenguaje se diga sí mismo. La poesía está
más cerca de la onomatopeya primitiva porque recurre a ese delirio para
exorcizar un estado de lucidez. Esta esencia interactúa en mi poesía a modo
de intermitencia: que el lenguaje poético diga y que también se diga.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">CA: ¿Cuáles pensáis que son los ingredientes
del lenguaje moderno?, ¿cómo se articula en relación con los hechos
cotidianos?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">VP: Resulta una pregunta muy amplia y
compleja ya que somos “canales” de innumerables tipologías lingüísticas,
simultáneamente, resultado de los medios de información y comunicación
vigentes hoy, novedosos algunos como internet, móviles (celulares), etc. Por
un lado se tiende a la especialización, pero, lamentablemente, con la
imposición de ciertas perspectivas (por ejemplo, la del lenguaje económico y
financiero, la terminología deportiva –donde todo se subsume en una lógica de
la competencia–, los eslóganes propios de la publicidad y la propaganda,
etc.) ese lenguaje especializado invade los otros ámbitos, hasta los menos
afines, desplazando otras variantes lingüísticas más apropiadas e incluso
llevándolas al abandono. De ahí la pobreza lingüística que nos aqueja y que
vuelve el discurso vigente monocorde, estrecho y, las más de las veces,
vacío. Lo que deriva en una falta de elementos para asimilar la experiencia,
sea esta la correspondiente a la cotidianeidad o a hechos de mayor alcance.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">OP: Las redes sociales y la tecnología
han convertido nuestra vida en un hipertexto colectivo. Las voces se
entremezclan y dan por resultado una especie de multi-autobiografía mutilada.
Este <i>palimpsesto</i> está marcado por
la fugacidad, la concisión, la divulgación y la evidencia de lo íntimo. La
hiperactividad de nuestras sociedades nos orillan a <i>decir</i> y a <i>señalar</i>,
cuando en realidad debiéramos <i>nombrar</i>
y<i> descubrir</i>. Esta es la
ambivalencia que el lenguaje moderno y los hechos cotidianos nos están
heredando.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">CA: ¿Qué sentimientos os produce
escribir poesía?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">VP: La libertad. La posibilidad del
autoconocimiento. Una forma particular, lúdica y clarificadora, incluso
luminosa a veces, de pensar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">OP: Escribir poesía me produce una
sensación de compañía y orfandad. Vivo la poesía como un duelo interior, una
oración, un rezo. Siento una gran debilidad y empatía por Ícaro y Faetón. En
ambas figuras me cautiva el riesgo del ascenso y la caída. Escribir poesía me
produce ese vértigo inmóvil. El riesgo de estar vivo.<o:p></o:p></span></div>
</td>
</tr>
<tr>
<td colspan="2" style="border-top: none; border: solid windowtext 1.0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-top-alt: solid windowtext .5pt; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 48.44%;" valign="top" width="48%">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">CA: Conocemos de cerca poetas que han
vivido casos tan traumáticos o, sencillamente, tan irracionales, que han
llegado a decir basta a una realidad poetizable, que se han visto
determinados a dejar de escribir ―muchas veces en beneficio del activismo. La
violencia es, en muchas ocasiones, culpable de esta determinación, ¿cuál es
tu opinión al respecto?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">VP: La literatura latinoamericana
tiene incontables casos de convivencia de la vida política con la literaria
(indiscernible en sus orígenes, como en el caso de Sarmiento, Echeverría,
etc.) del abandono de la escritura en favor del activismo político, empezando
por Martí y más específicamente a mediados del <span style="font-variant: small-caps;">xx </span>deriva en la lucha armada (Dalton, Urondo, Bustos,
Walsh, etc.) y estoy de acuerdo contigo en que la violencia, especialmente la
totalitaria, acelera ese tipo de decisiones, aunque también los ideales,
sentir que se forma parte de una maquinaria colectiva en un momento histórico
único, por lo que las vocaciones individuales como es la literaria se llegan
a percibir, a sufrir, como un lastre: es claro esa disyuntiva terrible que
sufrieron algunos autores. Creo que el poeta, el escritor, como cualquier
otra persona que da lo mejor de sí en la práctica de su vocación y oficio,
tendría que salvaguardar esa tarea porque le es intrínseca como persona, pero
también es un trabajo social, comunitario: sus palabras son para los demás,
así sus reflexiones, sus hallazgos, su pensamiento. Sin embargo, entiendo
perfectamente que formar parte de un movimiento revolucionario –o ser víctima
de una dictadura, por ejemplo- lleve a abandonar la práctica de esa vocación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">CA: En tu poesía hay una constante
referencia al sentido de la tierra para el hombre. En el poema que da título
a tu libro afirmas al principio: “La muchedumbre emerge del barro”, para
luego, en un sentido más material, constatar: “Pero tenemos pavor / de que
nos rapten la tierra”. ¿De qué manera enraíza dicha concepción con la
tradición hispanoamericana de principios del siglo XX?, ¿cómo crees que
influye este tema en tu obra, en tu concepción del mundo?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">VP: Como decía Joaquín Pasos, “Cuando
lleguéis a viejos, respetaréis la piedra…”. Siendo completamente sincera, tu
lectura fue la que reveló esta presencia tan pertinaz en mi poesía, de la que
no era consciente (me consideraba más “urbanita” y menos “gauchesca”). Creo
que tiene que ver con la idea de permanencia, con la raíz última del ser.
Reflexionar en qué es lo que permanece cuando todo se desbarata, se
desintegra. Más en el tipo de vida que llevamos en las ciudades a principios
del siglo <span style="font-variant: small-caps;">xxi</span>: todo fluye, se
migra, se cambia continuamente, hasta “lo sólido se desvanece en el aire”,
como anunciaba Marx, vivimos entre virtualidades y variantes constantemente,
entre la ligereza y la inaprehensión, con graves problemas para “capturar” la
experiencia, asimilar las vivencias; y quizá los elementos “permanentes” como
la tierra respondan a esa necesidad de anclarse, sostenerse, aunque sea en su
mínima expresión. Es probable que su origen se encuentre en la narrativa
latinoamericana de principios del xx (José Eustasio Rivera, Rómulo Gallegos,
Horacio Quiroga) donde el paisaje es un protagonista más, e incluso a veces
tiene la última palabra, y que también se puede rastrear en multitud de
autores posteriores, como Borges, Girondo, Neruda, Rulfo, Lezama Lima, y por
supuesto Vallejo… Y también en escritores argentinos que me apasionan, el
narrador Rodolfo Walsh y el poeta Arturo Carrera.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">CA: ¿Si fueras un animal?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">VP: Alguno que tenga que ver con los
espacios abiertos, el aire libre; el viento en la cara: un caballo, algún
felino. También un pez ligero en el mar.<o:p></o:p></span></div>
</td>
<td colspan="2" style="border-bottom: solid windowtext 1.0pt; border-left: none; border-right: solid windowtext 1.0pt; border-top: none; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-left-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-top-alt: solid windowtext .5pt; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 51.56%;" valign="top" width="51%">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">CA: El hombre y la bestia forman el
binomio esencial en tu reciente poemario, ¿cómo se articula en torno a tu
concepción poética?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">OP: Todo parte entorno a una reflexión
de </span><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">lo
animal y lo poético. La naturaleza animal implica en sí misma un estado de
permanencia poética. Pareciera que los
movimientos naturales de ciertos animales poseen intrínsecamente una belleza
singular. En contraste, los movimientos naturales del hombre resultan a veces anodinos. Creo que,
entre otras muchas razones, inventamos el arte para llenar los vacíos
poéticos de los que carece nuestra propia naturaleza. El arte, más allá de alejarnos
de los animales, nos acerca más a ellos. Mi poemario <i>Bestimenta</i> es un acercamiento hacia esta concepción fraterna con
lo animal.</span><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">CA: Como en “Sueño manatí” [poema
incluido en <i>Bestimenta</i>], en
ocasiones resulta difícil expresar con el lenguaje lo que forma parte de
nosotros. En tus poemas, la reflexión en torno al silencio, constituye un
tema recurrente, ¿cómo planteas esa relación entre lo nombrado y lo no dicho?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">OP: La insinuación es una de las
virtudes poéticas que más me seducen. Esta virtud la descubrí gracias al
acercamiento a la poesía china, japonesa e hindú, que se lo debo en gran
parte al libro <i>Versiones y diversiones</i>
de Octavio Paz. La insinuación plantea que el poema está en lo no dicho.
Entre lo nombrado y lo no dicho hay una inercia que se desprende y nos
convida de una nueva incertidumbre que nace a partir de lo que el poema dice.
El poema nace del silencio y regresa a él. Es una ablución que acaba por
convertirse en un vapor más allá de su agua. Es ese vapor lo que busco al
bautizar el poema.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">CA: ¿Si fueras un territorio?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">OP: Sería un paisaje nevado. La nieve
es la escritura que borra lo dicho por el paisaje.<o:p></o:p></span></div>
</td>
</tr>
</tbody></table>
Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-39693793426495854012013-02-25T20:27:00.000-06:002013-02-26T19:50:19.220-06:00De murmullos y aflicciones<br />
<blockquote class="tr_bq">
*El presente ensayo se publicó (junto con una entrevista a ambos autores y una selección de sus poemas) en la revista <em>Separata</em>, número 22, correspondiente al mes de julio de 2011.</blockquote>
<br />
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: right;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Viviana Paletta<o:p></o:p></span></b></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Las naciones hechizadas</span></i><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Mérida, El
Otro, el Mismo, 2010<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: right;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Óscar Pirot<o:p></o:p></span></b></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Bestimenta.<o:p></o:p></span></i></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Madrid, Papel
de fumar ediciones, 2011</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpk79ztSznMNylO93p9CqioIj4mlURdmnSRF7j_mOFmVR4-wwhFJipBZhSztYEmTGZW43i2DysfpuizoXp85IPSGq4u9V44vZt1-Lp5UdOpPsELjTIR3WqGOioOfBUSlqL_pa1fx0XLcYi/s1600/Pirot%252C+Oscar_Bestimenta.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpk79ztSznMNylO93p9CqioIj4mlURdmnSRF7j_mOFmVR4-wwhFJipBZhSztYEmTGZW43i2DysfpuizoXp85IPSGq4u9V44vZt1-Lp5UdOpPsELjTIR3WqGOioOfBUSlqL_pa1fx0XLcYi/s320/Pirot%252C+Oscar_Bestimenta.jpg" width="206" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtnCJPLFDWh9LsYudt4YNT39bbptwf7J8UefBtmXjeBPUvbPOAh8Xc_26Bg1Kff5QwJ5fbogG4haCs5tCvHgsqNIAhyphenhyphenqLoSw4ohqWrdnFaXzYmbOVkZQ4Mu4FKui2LKsv732kMOKZI1Wk_/s1600/2011newish_elotro1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtnCJPLFDWh9LsYudt4YNT39bbptwf7J8UefBtmXjeBPUvbPOAh8Xc_26Bg1Kff5QwJ5fbogG4haCs5tCvHgsqNIAhyphenhyphenqLoSw4ohqWrdnFaXzYmbOVkZQ4Mu4FKui2LKsv732kMOKZI1Wk_/s320/2011newish_elotro1.jpg" width="216" /></a><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Seguramente,
el texto que sigue a continuación no haga justicia literaria al contenido de dos
libros ―colecciones de poemas― de muy reciente publicación: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las naciones hechizadas </i>(Mérida
–Venezuela–, 2010), de la escritora argentina Viviana Paletta, y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bestimenta </i>(Madrid, 2011), del mexicano
Óscar Pirot, ambos residentes en suelo español. Lo que iba a ser una reseña
para dar testimonio de dos hechos excepcionales ―alumbramientos silenciosos
aunque incómodos para el lector― se ha convertido en un ensayo más voluminoso.
El lector no encontrará en estas letras hilos a las obras de la tradición
poética española o hispanoamericana, tampoco sesudas teorías literarias que
expliquen la composición de los versos o la estructura de los poemas que
integran ambos libros, ni siquiera un testimonio liminar de gráciles eslóganes
editoriales que inciten a la pulsión mercantil que todos poseemos de manera más
o menos oculta. Lo que sigue es un sencillo ronroneo, el sonido aparente de un gato
que durante días se restregaba contra mí mientras leía inocentes y cercanos poemas
con la mirada con la que uno se aproxima a algo que emana de un ser querido.
Cuando acabé su lectura intenté encontrar al felino en el espacio que
delimitaba mi pequeño territorio, pero éste había desaparecido o, tal vez ―y
esto siempre es peor―, nunca había existido. Simplemente gravitaba, entre el
espacio delimitado por ventanas y paredes, aprisionado, ese ronroneo constante
e incómodo, difícil de descifrar, sostenido en clave de Sol<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=3836780133795282736#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>,
que sólo el silencio ―enojado con la condición humana en el albor del siglo XXI―
podría descifrar y poner emoción en forma de letra. Ayer pensaba ―y hoy dudo― que
era justo recurrir a la condición de creadores hispanoamericanos en España de
Viviana y Óscar, hacedores en tierra ajena a su alumbramiento, renovadores de
un género que viene de una tradición poco conocida o difundida en España, al contrario
de lo que ocurriera con la novela que se llamó del boom, la de mediados de
siglo XX, cuyos precursores Juan Rulfo o Jorge Luis Borges, entre otros, hoy
cumplen veinticinco años de desaparición corporal. Largos son los caminos que
conducen a la literatura hispanoamericana en España, como largo el
enriquecimiento que la española ha experimentado en las últimas décadas gracias
a aquélla; Viviana y Óscar pertenecen a una generación de autores que, si bien su
adolescencia transcurrió entre lecturas provenientes de su tradición nacional ―algo
que, sin duda, otorga a su voz esa denominación de origen que todo lector
distingue―, su despegue literario se encuentra influido por la época que nos ha
tocado vivir, aquélla en que las noticias, las formas, las influencias, las
lecturas, la crítica, viaja a la velocidad de la luz por diferentes canales de
comunicación. Así, un lector escéptico, aburguesado, melancólico, como el que podría
estar escribiendo esta opinión, puede encontrar bajo la pluma de ambos poetas, elementos
suficientes para elevar al carácter de universal sus temas y convertir las
palabras ―bajo la belleza de la estética― en balas dirigidas al centro de
cualquier existencia. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Hoy
la realidad se hace urgente y lo que iba a ser una lectura personal sobre dos
obras se convierte en un eco exterior de consecuencias inabarcables. Uno pasea
despistado por <st1:personname productid="la Puerta" w:st="on">la Puerta</st1:personname>
del Sol y confunde entre la muchedumbre voseos, seseos, haches aspiradas, tonalidades
lingüísticas y léxicas de diferentes colores, palabras que todo el mundo
entiende aunque sea la primera vez que las escuche. La reflexión sobre el
alcance del lenguaje y su uso ocupa un elemento esencial en ambos autores. De
alguna forma, ambos poemarios parten de la muerte del hombre tal y como se le
entiende en el siglo XXI: un ser ahogado por musculosa materia que carga allá
donde se traslada pero que, no obstante, en esos trayectos abandona lo que de
espíritu le queda. En esas masas ingentes debe encontrarse la esperanza de luz,
el espíritu animoso a la crítica y al cambio, ya sea en la animalidad que todos
albergamos como instinto, como nos presenta Óscar Pirot, o ya en la capacidad
de indignación ante sí mismo, el reconocimiento de lo que no queremos ser y,
sin embargo, la incertidumbre ante lo que somos, como lo hace Viviana Paletta.
Así las cosas, ¿nos costaría identificar en la nueva cúpula del intercambiador
de Sol ―diseñada por Fernández Alba― a un ballena transparente que escupe
bocanadas de personas hacia la plaza mientras cada uno de los individuos apuntala
con arpones sus mensajes de futuro? Un animal que colabora en la ruptura de las
barreras que trasluce Óscar Pirot en su poema “Araña”:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">“y
se van acostumbrando a ser el hilo<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">mortal
que estranguló su propia luz”<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Bestimenta</span></i><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">,
como dice Julio Espinosa en el prólogo del libro, es “como quien dice
Bestiario, como quien dice Vestido de Bestia o Bestia Vestida”; en realidad,
una forma de identificación del hombre con la bestia, metamorfosis que, también
como pretexto literario, sobreviene en “El domador domado”, poema con el que
Pirot abre el libro:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">“ha
comido ya su ración de carne<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">ha
dejado el plato vacío<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">la
página en blanco”<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Pero
también, ¿nos costaría identificar, en todas aquellas personas acampadas en el
suelo de las plazas de centenares de ciudades y barrios, una actitud de escucha
hacia la tierra, una inmersión mágica que busca delatar el sentido primigenio
del hombre para revertir el orden que él mismo ha establecido?, ¿no encontramos
en los desalojos violentos que realiza la policía el derramamiento de sangre
purificador, la identificación del hombre con la naturaleza, la visión telúrica
de la existencia? Viviana Paletta, en el largo poema que abre su obra y que, a
su vez, le da nombre ―“Las naciones hechizadas”― afirma con determinismo:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">“En
la mañana informe del tiempo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">La
muchedumbre emerge del barro:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">el
torso, rígido; la cabeza<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">levantada”<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Aún
más explícito con esta cuestión es su poema “La ronda de los arqueros”:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">“Nos
frotamos<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">uno
tras otro<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">las
manos con resina,<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">el
pecho con tierra bermeja”<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">La
tierra se convierte en el motor de la poesía, en el motor de la civilización,
en su brújula (“Despiertos, se desorientan/y hambrean”) y en su codicia (“Pero
tenemos pavor/de que nos rapten la tierra”). Por supuesto, los crímenes, el
derramamiento de sangre, nos iguala en esta búsqueda por encontrar los
elementos que sintetizan al ser humano universal.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">“Nuestro
es el cuento del barro y del maíz,<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">y
una escarcha de crímenes<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">que
cautivan<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">a
los dioses del azar”<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Reflexionar
en torno al sentido más primigenio del hombre, reducirlo a las acciones más
sencillas, a las causas de las decisiones y sus consecuencias, es la única
manera de recuperar los actos individuales que lo caracterizan, de alejarlo de
la complejidad de un mundo que impide dirimir responsabilidades, que favorece
el refugio en la masa, en los comportamientos comunes. Recientemente un torero
afirmaba en un programa de televisión: “yo no soy una persona violenta”, cuando
una tertuliana le acusaba de haber provocado una pelea a la salida de un bar;
olvidaba tal vez que su profesión principal ―aunque en ese momento se
confundiese con la de dicharachero― era la de matar a un animal con diferentes
herramientas mientras la gente aplaudía al ritmo de su sufrimiento.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Confluyen nuestros dos autores, de telurismo
y seres humanos también habla Óscar Pirot en su poema “Luciérnaga de sangre”:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">“La
tierra evapora<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">su
vientre de obsidiana<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">coagula
el tiempo en un grano<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">de
luz”<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">La
recepción de las antiguas tradiciones indígenas de América ―que tan bien supo
captar el Conde de Keyserling a través de su idea empírica de la filosofía y de
la influencia de la sabiduría antigua en la actualidad― y el sentido latente de
lo mítico como herramienta privilegiada para explicar las afectaciones del ser
humano, se dan cita en los poemas de Pirot y de Paletta. Pirot acoge en su
bestiario a animales como el Ave Fénix, el unicornio o el tzitzimime, animales
que salen de nosotros mismos, de nuestra tradición, son si cabe el resultado
más perfecto de la fusión entre la bestia y el hombre, fuerza que mide el paso
del tiempo, proyección futura; mientras, Paletta acude más al sentido mágico y
natural de la tierra, en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">contraposición</i>
con la tradición católica más arraigada en nuestras sociedades, como sucede por
ejemplo en el poema “Stabat Mater”<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=3836780133795282736#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>,
formado por estrofas de cuatro versos cuyos dos finales siempre contienen el
mismo pareado: “viendo que sus ojos/a la guerra van” ―sinécdoque tomada de la
canción gongorina “La más bella niña”<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=3836780133795282736#_ftn3" name="_ftnref3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>―
coro de almas que contesta hechizado al corifeo de una antigua tragedia griega.
Felizmente la autora lo ubica tras el poema “Las naciones hechizadas” que narra
la creación histórica de la civilización. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bestimenta</i> y en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las naciones
hechizadas</i>, por tanto, se plasman dos visiones de superación del ser humano:
como sujeto animal y como sujeto racional; la liberación del mismo a través de
sus emociones más primarias o su liberación en el reconocimiento racional de su
especie y evolución. Dos impulsos poéticos que hacen un llamado a reconocerse y
que tratan de una manera transversal la reflexión sobre el lenguaje, elemento
sobre el que se articula dicho entendimiento, elemento que también permite al
poeta hacernos llegar su voz.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">“la
palabra abandona su casa hueca<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">y
resplandece desnuda en un rincón del jardín<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">el
caracol se deshace por fin del silencio<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">y
ofrece su cuerpo<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">desnudo
en el poema” <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">De
esta forma Óscar Pirot entrelaza bestia-lenguaje-hombre, se sirve de diferentes
niveles semánticos para confluir en la importancia central del silencio. Así,
muchos poemas evocan ese poder intrínseco que contiene el silencio, como por
ejemplo en “Hormigas”, donde éstas son capaces de levantar mucho más que su
propio peso, al igual que el silencio es capaz de hacer en relación con las
palabras; o en “Pantera”, animal que queda relacionado con el silencio en los
siguientes versos: “eres el silencio/que nace en la muerte/de cada palabra”, un
silencio posterior, que vive después del fallecimiento de la palabra o que necesita
de su muerte para vivir. Sin embargo, ese silencio, inherente a la bestia por
su incapacidad de articular lenguaje, evocador de manera intrínseca para la
comunicación, adquiere una trascendencia social cuando interactúa con el ser
humano ―especie dentro de la cual se encuentra el poeta―, somos incapaces de
manejar la palabra, ésta pierde peso, se desintegra y, vacía, sirve más al
objetivo de la domesticación; la bestia, silenciosa dentro del ser, aguarda
para ser evocada. Así, su poema “Peces”, destaca el virtuosismo de dicha
especie para dormir con los ojos abiertos por la ausencia de párpados, luego…<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">“la
palabra es un ojo sin párpados<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">su
sueño es la escritura<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">su
realidad el silencio”<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Viviana
Paletta, sin embargo, tiende poéticamente hacia el silencio a través de la
desarticulación del lenguaje por el uso que de él hacemos los seres humanos.
Principia su reflexión en el poema ya comentado que da nombre al libro, “Las
naciones hechizadas”, en donde deja clara su vocación de comparar al silencio
con el mar; silencio y mar como elementos inmensos que dan sentido al lenguaje
y a la tierra, respectivamente. A medida que avanza la obra, el tono de la
poesía se va volviendo más intimista. El lector encuentra con sorpresa un poema
sin título, como arrojado dentro del poemario, compacto, sin división
versicular ni estrófica, palabras que en realidad son símbolos de imágenes que
forman parte del imaginario colectivo actual (bombas, agonía, comparsa),
siempre impulsadas por un verbo que pide acción y que, sin embargo, finaliza
con una negación reiterada. Después de esta condensación asfixiante del
lenguaje, el poema “Aire” ofrece una vía de escape momentánea al lector,
arrojando algo de esperanza frente al tono de pesimismo existencial que
mantiene Paletta a lo largo de toda su obra.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">“Pero
me han dado<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">una
copa de viento:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">¿no
la he de apurar?”<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Estos
“poemas-bloque”<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=3836780133795282736#_ftn4" name="_ftnref4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> los
repite la autora hasta en dos ocasiones más: “Fanfarria del arlequín”, en donde
el hombre es el centro de todas las palabras, y “Opereta forense”, articulado
en torno a la figura de la muerte que se apodera del centro de la existencia.
El efecto de estos poemas dentro de la obra es de solidez del lenguaje, de
ahogo al lector con el uso de numerosos términos ora semejantes ora ambiguos,
no hay espacio para el descanso, no hay signos de puntuación, ni siquiera el
punto y final. Paletta redondea la significación de la forma con su espléndido
y extenso poema final, “Enciclopedia universal”, que reproduce alfabéticamente
multitud de términos que hacen referencia a la violencia del siglo XXI; de
manera visual el lector ubica entre corchetes, en diferente color y ajenos al
orden alfabético, aquéllos términos que hacen referencia a la realidad de los
vencidos ―los que pueden dar luz a la historia que nos imponen desde los medios
de comunicación―, sin embargo, estos corchetes se van quedando vacíos, se van
haciendo más tenues en su tinta, se convierten en territorio devastado, espacio
vacío, lenguaje silenciado.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El poemario de Viviana Paletta está
conformado por poemas nada uniformes, tanto en la extensión métrica del verso
como en el número de éstos; la mayor parte de las veces, dichas extensiones
vienen condicionadas por el contenido del propio poema, por el empleo de
elementos simbólicos (poemas más breves) o el de elementos realistas (poemas
más extensos, más descriptivos), la autora maneja con maestría el ritmo
poético, acelerándolo a través de anáforas o ralentizándolo por medio de
oraciones yuxtapuestas, ni qué aludir a los denominados “poemas-bloque” o a “Enciclopedia
universal”, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">bombardeo</i> de términos o
conceptos que nos resultan ―horror del siglo XXI― peligrosamente familiares. La
poeta desaparece detrás de los protagonistas de su poesía, lo cual confiere
originalidad a cada uno de ellos, en algunos alcanza a identificarse dentro del
colectivo, mientras que en otros su voz se objetiva por completo. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La voz de Óscar Pirot juega también
con los distintos planos semánticos a los que hemos aludido con anterioridad,
en algunas ocasiones el que habla es el propio animal, en otras habla el poeta
desde la perspectiva del animal, y en otras atrae para sí su imagen animal, es
decir, en ocasiones hay una imagen fiel de la bestia mientras que en otras hay
una imagen de la imagen que la bestia deja en la percepción humana. Cada poema
se adapta milagrosamente en su forma a la concepción del animal protagonista, a
veces de una manera radical; encontramos asteriscos repartidos entre las letras
en el poema “Rastros de luciérnaga” o en “Transbordo-hormigueo”, se sitúan
enfrentados el murciélago y el búho para hacer un juego sobre sus visiones, se
ondula la estrofa que recrea el vuelo de las palomas al compás del verbo creer al
inicio de los versos, minúsculas, mayúsculas, paréntesis consecutivos, espacios
vacíos, comillas que no encierran nada, cualquier elemento ortográfico sirve al
significado del poema, el lenguaje se disloca en virtud de las mordeduras de
una extravagante cocodrila o se adapta al vuelo de una revoltosa mariposa, <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">“obsérvala
atentamente<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">no
está ahí no pertenece al tiempo es sólo<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">un
espectro de seda una mancha que<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 10pt 2cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">dice
–vámonos”<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">Lenguaje sinestésico que nos permite entrar en el
espacio de percepción del animal para luego salir de él por medio de
sensaciones universales, porque son éstas las que pueden producir la catarsis
en el ser humano. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las naciones</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">hechizadas</i>, de Viviana Paletta y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bestimenta</i>, de Óscar Pirot, en su
disparidad de formas y contenidos, son un debate vivo de causas, medios y
fines, una búsqueda de la animalidad, de la emoción, del reconocimiento y de la
incertidumbre de lo que somos. Paletta comienza <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las naciones hechizadas</i> con unas palabras tomadas de Elias Canetti:
“Las banderas están a todas luces compuestas de viento”. Óscar Pirot las corresponde
en su “Ave Fénix”: “descubrirás/que ya no eres el ave/sino el vuelo”. No nos
olvidemos de la animosidad que mueve nuestras acciones, de la consciencia que
envuelve nuestros actos, del viento, del vuelo, de la vida que agita toda la
materia, del murmullo de la bestia en torno a una tierra afligida y llena de
semejantes.</span>
<br />
<div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[if !supportFootnotes]--><br />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=3836780133795282736#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span style="font-size: x-small;"> Poco después de la lectura de
ambos poemarios, un quince de mayo, miles de almas decidieron poner letra a su
indignación en miles de carteles esparcidos por <st1:personname productid="la Puerta" w:st="on">la Puerta</st1:personname> de Sol de Madrid,
algo que contagió a muchas ciudades, de muchos territorios, en un grito que
perdura hoy, más localizado.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=3836780133795282736#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span style="font-size: x-small;"> Dicho poema proviene de una secuencia
católica del siglo XIII que principiaba: “Stabat Mater dolorosa”, y reflexionaba
en torno al dolor que María sufrió ante la crucifixión de Jesús.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=3836780133795282736#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span style="font-size: x-small;"> Además de este recurso
intertextual, encontramos a lo largo del poemario nuevas referencias que nos
llevan a autores tan relevantes como Garcilaso o Rubén Darío, a través de los
cuales la autora nos propone un juego de actualización, una lectura clásica de
la historia moderna.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn4" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=3836780133795282736#_ftnref4" name="_ftn4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span style="font-size: x-small;"> Término con el que, no sin
temor, nos atrevemos a denominar a este tipo de poemas.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
</div>
</div>
Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-23372170528734641762013-02-19T23:37:00.000-06:002013-03-09T13:05:07.683-06:00A bote pronto I: El libro de Monelle, de Marcel Schwob<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglPrppJ95ZpSNuRWiEEW7zNe_P52aND5iAyqflWlsgR5iRGePVCh63OUhhHNUZHx9pES4en1T3Mgz4RBm_u9T5EB24SQNSEDl4yJvfEFlgVGkvEoVCisHsXbO7o0Oc7OFt590H2zRjg1dl/s1600/marcel_schwob_grande.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglPrppJ95ZpSNuRWiEEW7zNe_P52aND5iAyqflWlsgR5iRGePVCh63OUhhHNUZHx9pES4en1T3Mgz4RBm_u9T5EB24SQNSEDl4yJvfEFlgVGkvEoVCisHsXbO7o0Oc7OFt590H2zRjg1dl/s1600/marcel_schwob_grande.jpg" /></a>Un amigo especial me recomendó hace tiempo <em>El libro de Monelle</em>, a este amigo le gusta hablar de los sucesos cotidianos de la vida, él siempre encuentra alguna frase lapidaria para encerrarlos y, sin embargo, estos sucesos crecen en perspectiva, se derraman en pensamientos, se prolongan hasta incluso perder el horizonte de su remedio, nunca una frase lapidaria tuvo más vida. <em>El libro de Monelle</em> llegó a mi mano, más bien mi mano llegó a él (<span style="font-size: x-small;">Buenos Aires, Editorial Argonauta, Segunda edición, 1974</span>). Mi amigo encierra en su palabra toda suerte de pureza, sus ojos son expresión del alma cuando su memoria prodigiosa se derrama por todas esas hojas que en un pasado leyó, admiro su ágil amansar de palabras hasta encontrar el mimetismo con las que el escritor las produjo. Pero como dice el propio Schowb, "Piensa en el momento. Todo pensamiento que dura es contradicción", y nosotros, amigos, volvemos a caer en las mismas discusiones, la cotidianidad avanza y nos detenemos en ella, nos contrariamos, nos prostituimos.</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Después de leer <em>El libro de Monelle</em> me quedan dos sensaciones disímiles: la ternura, la intensidad, el onirismo que experimenté al terminar <em>Hiperión</em> o <em>El eremita de Grecia</em>, de Hölderlin; y la intimidad y confianza con la que platico con mi amigo, salvo que por detrás de mí aparezca una mujer hermosa o embriagadora que bien pudiera ser la propia Monelle. Monelle es "algo" que promete un mundo diferente al que estamos acostumbrados, empuja hacia un viaje iniciático de un espacio y tiempo nuevos. La primera parte del libro, por tanto está llena de aforismos que en realidad son consejos ante la incertidumbre. Después, ¡lectores imprudentes!, llegamos a conocer a las hermanas de Monelle, todas las máscaras que coexisten en la misma danza que leemos, son personas de carne y hueso como nosotros, algunas las reconocemos bien en nuestra experiencia. Monelle nos espera al final del viaje y sólo ahí nos preguntamos si el camino ha merecido la pena o si hubiera sido mejor quedarnos quietos. Una sentencia inicial nos ayuda a dictaminar: "No digas: ahora vivo y mañana moriré. No dividas la realidad entre la vida y la muerte. Di: ahora vivo y muero".</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Quien se acerca a <em>El libro de Monelle</em> cree encontrar espejos mágicos que responden a preguntas recurrentes, pero cuando uno va a abrazarlos para llevarlos consigo éstos se diluyen como pequeños charcos de agua bajo el efecto del sol. Y es que "Los hombres buscan su alegría en el recuerdo y resisten a la existencia y se enorgullecen de la verdad del mundo, que ya no es verdadera puesto que se ha convertido en verdad".</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-32113674158835421872013-02-18T22:20:00.001-06:002013-02-19T23:41:57.682-06:00Una nueva literatura en movimiento<b><span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; line-height: 200%;"><o:p> </o:p></span></b><br />
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Los
andantes<o:p></o:p></span></i></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Federico Guzmán Rubio<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">253 pp.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Ediciones Lengua de Trapo, Madrid,
2010<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEis4QS1Rf-f3GTmQt8rh8IdC7HFH9SjKg98TdZI5BFb52w0LIuckwM08BEJ6wi6DZTgro8b2APib6D-5JyHlM08MmisVrqIm14UX4nG_rpG-ewKzBSa1nkacsnNIa4WUQOwQD-39ksN05et/s1600/Los+andantes_Federico+Guzm%C3%A1n_Cubierta.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEis4QS1Rf-f3GTmQt8rh8IdC7HFH9SjKg98TdZI5BFb52w0LIuckwM08BEJ6wi6DZTgro8b2APib6D-5JyHlM08MmisVrqIm14UX4nG_rpG-ewKzBSa1nkacsnNIa4WUQOwQD-39ksN05et/s320/Los+andantes_Federico+Guzm%C3%A1n_Cubierta.jpg" width="224" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">¡Tranquilos, no se
alarmen, no es teatro!, decía Araquistáin en una columna del año 1930 a una
sociedad que aún no estaba lo suficientemente madura ―en términos artísticos―
para asimilar los nuevos conceptos que introducían las vanguardias. El teatro
es <i style="mso-bidi-font-style: normal;">demasiado público</i> para aceptar en
la escena muchas cuestiones que, por otro lado, se leen con agrado ―o al menos
sin escándalo― en la intimidad de un espacio privado. Tranquilos, no es teatro,
podemos leer la novela de Federico en nuestra escandalosa intimidad, sin
levantar falsos velos que subsuman o etiqueten a una novela o conjunto de
cuentos ―esto es advertencia del editor― como una “farsa erótica” o un “drama
pornográfico”. Homenaje o no a aquellas palabras de Araquistáin ―y casi cien
años después―, hace pocos días obligaron a la dirección del Festival de Teatro
de Mérida a retirar de una exposición pública una fotografía en blanco y negro
del actor Asier Etxeandia ―dispuesto a interpretar “Infierno”, una versión de
Tomaz Pandur sobre la “Divina Comedia”― desnudo y tapando su sexo con la
fotografía de un Cristo crucificado. Pero esto es otra cuestión. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Hace bien el editor
de Lengua de Trapo en advertir al lector la estructura que va a encontrar en la
narración de Federico Guzmán Rubio: leamos como leamos ―cuentos lineales o
novela circular―, la sensación es la de un viajero que se traslada con los
personajes a un buen número de países en los que ir arrastrando un escepticismo
existencial difícil de encajar dentro de una conciencia colectiva que los
ordene. Así, lo que se desarrolla con un destilado realismo, no exento de una
ingeniosa ironía, acaba por parecer en muchos momentos fruto de una simple plática
entre compañeros a los que les gusta imaginar, contar historias, inventar
situaciones que ellos creen inverosímiles pero que el lector destila con
extraordinaria normalidad. Los personajes luchan contra el tiempo, como si éste
no pasara en la dirección deseada y simplemente se reconocieran en su paso,
según avanzan las historias cada uno va perdiendo un poco de protagonismo,
fruto tal vez de ese reflejarse en los otros. La identificación del lector con
los mismos es máxima, detrás está el esfuerzo del autor por mantener, sea cual
sea el personaje que interviene, la primera persona. Así, la narración da
saltos entre el diario, la carta, la confesión, la aventura imaginada o el
testimonio, dotando al texto de un gran dinamismo y combinándolo ―las menos ocasiones―
con un narrador omnisciente que aporta datos sobre el pasado. Aunque es cierto
que en ocasiones las evidencias estructurales del texto permiten al lector
predecir lo que puede estar ocurriendo en la narración de un determinado
personaje, no es menos cierto que la riqueza temática, la diversidad espacial,
las reflexiones ingeniosas de índole sociológica, el factor metaliterario y el
trabajado carácter de los personajes para evidenciar al individuo de este
siglo, acaban constatando la calidad de la narración.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Atento lector, esto
no es teatro, es cuento o novela, lo que prefiera, no es una narración de
hechos gratuitos, sino el fruto de un buen arquitecto literario, no es la
anécdota fácil ni el atrayente color local mexicano sino el producto de una rica
tradición literaria que sitúa a la mujer y a la tierra en los motores del
discurso de sus protagonistas: los anhelos, el poder-haber-sido, los viajes de
y hacia ellas, son temas contados por un autor, Federico Guzmán Rubio, que
promete no dejarnos indiferentes.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";"><o:p> </o:p></span></div>
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; letter-spacing: 1pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Conrado Arranz</span><br />
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; letter-spacing: 1pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">octubre de 2011</span>Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-73308149211915766702013-02-07T01:18:00.000-06:002013-02-07T01:42:02.632-06:00Historia de un encuentro, el último<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Suicidio<o:p></o:p></span></i></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Édouard Levé<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">102 pp.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">451 editores, Madrid, 2010<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Traducción de Julia Osuna
Aguilar <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Nuestra sociedad
oculta, de alguna manera, el suicidio como acontecimiento sociológico ―ni qué mencionar
el suicidio infantil. El silencio, los murmullos, las hipótesis ―generalmente
infundadas― acerca de los desencadenantes, lo configuran muchas veces como un
tabú detrás del cual se cree dejar atrás la frustración. Políticos, psicólogos,
familiares, acallan la que seguramente es la manera más firme de finalizar una
existencia finita ―que se sabe desde el mismo momento del nacimiento―: la vida.
¿Hay miedo a acometer una reflexión colectiva sobre las causas que nos avocan a
dicha decisión?, ¿existe desconfianza en el hecho de tener la posibilidad de
descubrir por qué son las naciones pobres ―materialmente hablando― las que
tienen un menor índice de suicidios, lo cual contrasta con el alto índice de
muertes violentas? Sea como fuere, el hecho mismo de suicidarse condiciona el
recuerdo existencial hacia el suicida. Un acto fugaz que termina derramándose
sobre la conciencia de los vivos. Una muerte que es afirmación de vida.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">*<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDMn9lYabM70OKXNvEPkvRKuTPsexQY_17rXvcC6CjxwYNv4Jygb511ShiQH2Sd5gpdRA_jK2klk8L_PdzVZqz-XSOqKCbEhgNyJkKVW6yQ-pHs1ZH1cO3iZYHtI3MPaM0SDBhbQu6wF5K/s1600/Lev%C3%A9,+Edouard_Suicidio.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDMn9lYabM70OKXNvEPkvRKuTPsexQY_17rXvcC6CjxwYNv4Jygb511ShiQH2Sd5gpdRA_jK2klk8L_PdzVZqz-XSOqKCbEhgNyJkKVW6yQ-pHs1ZH1cO3iZYHtI3MPaM0SDBhbQu6wF5K/s320/Lev%C3%A9,+Edouard_Suicidio.jpg" width="206" /></a></div>
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Suicidio</span></i><span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">
es, sobre todo, un acontecimiento. Un acontecimiento histórico, literario y
social que gira en torno a un personaje individualista, no por ello incapaz de
pensar en los demás y en el resto de las cosas. El hecho más extraordinario es
que en el libro confluyen de una manera cierta realidad y ficción. El
autor-narrador, Édouard Levé ―que se suicidó tres días después de enviarle este
libro a su editor― se dirige a un personaje-suicida que ya ha dado fin a su
existencia. El extraordinario suceso queda como un pretexto para poner de
relieve al sujeto y, por qué no, para despejar algunas de las incertidumbres
que no puede manejar el desaparecido sobre los supervivientes. Por tanto, la
novela vive de la esencia de un acto reflejo: el arrojado por la forma en que
el autor se mira en su personaje ante un hecho que es capaz de integrarlo. “Frente
al espejo […], tu mirada te atravesaba la cara como si fuese de aire: los ojos
de enfrente eran insondables”, afirma el narrador. Levé narrador frente a Levé
persona, enfrentados en un espejo que pone inicio a la narración y final a una
vida artística. Magnífico acierto el de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">451
editores</i> al situar el rostro de Levé detrás de la portada y, nuevamente,
detrás de la contraportada, enfrentados, como encerrando el material textual de
la novela ―ignoro si se hizo así en la versión original francesa pero, de cualquier
manera, celebro que se mantenga en la española.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El
sosiego con el que el narrador aborda la historia de este suicida contrasta con
la determinación con que éste se siente avocado a la muerte. La herencia de un
padre violento y una madre sufridora, las reflexiones que la sociedad le impone
para progresar, la forma en la que los objetos de un muerto se adaptan a su
propia materia, configuran el escenario de un naturalismo del siglo XXI,
caracterizado por la falta de referentes, el olvido de los valores que deben
animar a los seres humanos y la pasividad individual ante las injusticias, que
se ven mejor reflejadas en un joven de veinticinco años ―edad del personaje. En
otros momentos, el personaje principal pasea solo, y sin mayor pretensión, a lo
largo de una ciudad que no conoce, recordando al lector la presencia pasada de Mr.
Meursault o Adam Pollo en las novelas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
extranjero</i>, de Albert Camus o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
atestado</i>, de J.G.M. Le Clézio, cobra el personaje una relevancia vital que
se confunde con el espacio.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Pero
sobre todo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Suicidio</i> es un canto
lírico a la vida y concluye, como tal, con doce páginas de tercetos escritos y
guardados por el suicida en el cajón de su escritorio; es el testamento vital
de un autor que hace ya cuatro años nos dejó sin sus letras y sin sus imágenes.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";"><o:p> </o:p></span></div>
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; letter-spacing: 1pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Conrado Arranz</span><br />
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; letter-spacing: 1pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">mayo de 2011</span>Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-55401225949413145262012-08-11T13:44:00.002-05:002012-08-11T13:47:22.049-05:00Murmullos<div>
<span style="background-color: white;">La </span><b style="background-color: white;">reseña </b><span style="background-color: white;">que expongo a continuación fue escrita para </span><b style="background-color: white;">Separata. Revista de pensamiento y ejercicio artístico</b><span style="background-color: white;">, nº. 22, Santiago de Querétaro, abril de 2011</span><br />
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoyAo9glAdoX_rrVjh6lMIhGGaX1i9mtUD9hNt2sEvjfw09mAKh4fbfow5HbgAPjnF-Eo5BvY022dQ5sHtBsundX2EYm_ElJQqz3a0RKWhyhmecdp0vxuvRSEzb9_b9fZQOkNo6-Uy4jt7/s1600/18+escritores.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoyAo9glAdoX_rrVjh6lMIhGGaX1i9mtUD9hNt2sEvjfw09mAKh4fbfow5HbgAPjnF-Eo5BvY022dQ5sHtBsundX2EYm_ElJQqz3a0RKWhyhmecdp0vxuvRSEzb9_b9fZQOkNo6-Uy4jt7/s200/18+escritores.jpg" width="123" /></a></div>
<div>
<span style="background-color: white;"></span><br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: center;">
<span style="background-color: white;"><span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 200%;"><br /></span></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: center;">
<span style="background-color: white;"><span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 200%;">MURMULLOS<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="background-color: white;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<span style="background-color: white;">
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: right;">
<i><span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">18
escritores. La novela latinoamericana contemporánea.<o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Paz Balmaceda (Entrevista)<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">246 pp.<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Barataria, Barcelona, 2010<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif";">Habitar Comala puede
ser una opción segura para saber qué ocurre hoy con la novela latinoamericana
contemporánea, el problema radica en que no todos somos Juan Preciado y, aunque
lo fuésemos, sería muy difícil distinguir las voces de los muertos que nos
reconducen u ofrecen una explicación sobre nuestro pasado. Lo de los muertos no
es sino una vulgar metáfora –seguramente mal elaborada– en torno a una
literatura viva que, antes de nacer piensa cómo ha de morir, mejor dicho, cómo
ha de encontrar la mejor muerte posible o, mejor aún, piensa si no está muerta
ya antes de ser enunciada. “La pregunta principal no es qué debemos decir, sino
si realmente podemos decir algo”. Prima el esfuerzo de la <i>preciada</i> entrevistadora, Paz Balmaceda, para bajar a un pueblo en
el que cada casa es habitada por una voz; voces por tanto que, desde su
singularidad indiscutible, lanzan mensajes hacia el exterior, hacia los
espacios comunes, maraña de palabras, reivindicaciones, temas; el hilo se hace
madeja, no hay gato que desenvuelva la misma sin que ésta eche a correr por su
propia inercia y retorne –la mayor parte de las veces– al hogar íntimo y <i>original</i> del que en muchas ocasiones,
nos cabe la duda, no tenía que haber salido. “Creo que es una buena actitud
escribir con otras cosas en la cabeza”. Así, gracias a la lectura de <i>18 escritores. La novela latinoamericana
contemporánea</i>, conocemos ecos personales que no nos será difícil habitar de
nuevo –Antonio José Ponte, Iván Thays, Lina Meruane, Pola Oloixarac, Sergio
Chejfec–, encerrarnos en sus universos abstractos y convertirlos en una caja de
resonancia que nos inspire, conspirar en su frontera individual sin saber qué
otro criterio de quién sabe qué <i>gobernante</i>
sea el que impera en los lugares comunes. “La literatura como un ente abstracto
que se reconstruye por medio de universos personales”. En su voz está la
aventura de conquistar espacios que seguramente ya estuvieran ocupados, pero
no-hay-miedo porque aquí ni siquiera están nombrados; el lenguaje se transforma
en herramienta de libertad y libertinaje, les define siempre; desprecian así
los horizontes editoriales, aquellos que consignan el valor de lo diferente en
pos de los consumos mayoritarios. “El uso que hacemos del lenguaje siempre nos
sitúa”. (Me niego a denominarlos Colectivo Fu, aunque así se llamen, es más,
borro este subtítulo de la cabecera de la reseña). Son autores que muestran su
desapego a grupos, generaciones y movimientos editoriales, son autores que
creen en su palabra pese a saber que mienten, autores que se leen antes de ser
leídos, que no atienden tanto a una tradición basada en criterios territoriales
cuanto a una universalización de la letra entrando en el territorio humano; es
como un recreo lleno de guiños intertextuales, de experiencias reconfortantes y
aun otras incómodas, de juegos –pero sólo de aquéllos que no disipan la
seriedad de los debates importantes. No me extraña que sea “posible hacer un
diagnóstico médico y otro literario, pero sólo es conveniente usar uno”.
¿Escuchamos su voz o atendemos a la enfermedad que busca anclar en algún punto
nuestro lenguaje?, ¿los ruidos vienen de fuera o los reproducimos en nuestro
interior cuando alcanzamos el verdadero sentido del silencio?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<span lang="ES" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; letter-spacing: 1.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Conrado Arranz</span></span></div>Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-23202417975919880662012-01-24T17:05:00.000-06:002013-02-19T23:42:07.966-06:00Cartuchoy<div class="MsoNormal">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnK0yGMmlLn9eErT5PsG0xKeP5-CIcN0_rjnZDMNpjvtLUuFtkBOjq5EzVIt-4aqr13l5kxF4q1sfFAz_TYeS3JA4_HxOctC9lIdCNWKKCpuWfWMZWpuFEaDC7W_-2LFZxWck8OMQclDxn/s1600/9684114559.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnK0yGMmlLn9eErT5PsG0xKeP5-CIcN0_rjnZDMNpjvtLUuFtkBOjq5EzVIt-4aqr13l5kxF4q1sfFAz_TYeS3JA4_HxOctC9lIdCNWKKCpuWfWMZWpuFEaDC7W_-2LFZxWck8OMQclDxn/s1600/9684114559.jpg" /></a><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Hace ochenta y un años, la escritora mexicana Nellie Campobello no quería hacer un relato actual.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br />
</span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">EL MUERTO<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Los balazos habían empezado a las cuatro de la mañana, eran las diez. Dijeron que <i>El Kirilí</i> y otros eran los que estaban “agarrados” en la esquina del callejón de Tita, con unos carrancistas que se resguardaban en la acera de enfrente. El caso es que las balas pasaban por la mera puerta, a mí me pareció muy bonito; luego luego quise asomarme para ver cómo peleaba <i>El</i> <i>Kirilí</i>. Mamá le dijo a Felipe Reyes, un muchacho de las Cuevas, que nos cuidara y no nos dejara salir. Nosotras, ansiosas, queríamos ver caer a los hombres; nos imagináamos la calle regada de muertos. Los balazos seguían ya más sosegados. Felipe se entretuvo jugando con unas herramientas y saltamos a una ventana mi hermano y yo; abrimos los ojos en interrogación. Buscamos y no había ni un solo muerto, lo sentimos de veras; nos conformamos con ver que de la esquina todavía salía algún balazo, y se veía de vez en cuando que sacaban un sombrero en la punta de un rifle.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> De pronto salió de la esquina, donde estaba <i>Kirilí</i>, un hombre a caballo; a poquito andar, ya estaba frente a la casa </span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">―le faltaba una pierna y llevaba una muleta atravesada a lo largo de la silla―; iba pálido, la cara era muy bonita, su nariz parecía el filo de una espada. Él creía que iba viendo un grupo de hombres grises, que estaban allá arriba de la calle y que le hacían señas. No volteó ni nada, iba como hipnotizado con las figuras. En ese momento no se cruzaban los balazos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"> ―Mira qué amarillo ―dijo mi hermana con un chillido que me hizo recordar a Felipe Reyes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"> ―Va blanco por el ansia de la muerte ―dije yo convencida de mis conocimientos en asuntos de muertos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"> Dos segundos y al llegar a la calle del Ojito desapareció. Los hombres comenzaron a disparar sobre la esquina de Tita, más fuerte que nunca; esto pasó en un instante, como si dijera en tres minutos. Fuimos arrastradas de la ventana por Felipe Reyes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"> Ya no había balazos; salió toda la gente de sus casas, ansiosa de ver a quiénes les había “tocado”; había pocos conocidos por aquel rumbo, algunos carrancistas de frazadas grises, mugrosos y con las barbas crecidas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"> El mochito, con su uniforme cerrado y unos botones amarillos que le brillaban con el sol, estaba tirado muy recto como haciendo un saludo militar. Tenía la bolsa al revés, los ojos entreabiertos, el zapato a un lado de la cara, agujereado por dos balazos. Dicen que cuando ya estuvo caído le dieron dos tiros de gracia, poniéndole el zapato en la cara ―él tenía dos manchitas, una junto del medio de las cejas y otra más arriba y no estaba quemado de pólvora―. Dijeron que le habían puesto el zapato para que sus “tontas” ―adjetivo que le daban a las novias― no lo vieran feo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"> A pesar de todo, aquel fusilado no era un vivo, el hombre mocho que pasó frente a la casa ya estaba muerto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">Campobello, N., <i>Cartucho. Relatos de la lucha en el Norte de México</i>, México, Era, 1999, pp.76-77 <o:p></o:p></span></b></div>
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">(primera edición, México, Ediciones Integrales, 1931)</span></blockquote>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-84331854759414880622012-01-16T17:55:00.001-06:002012-01-24T16:58:16.117-06:00Teatro de mundo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUrURVhf85aXjxNBD829Xam_7fDyUOe87GnVOz83jRQ8krh-gRRA9SenpvZ-L3yBDH_i460_I_A7a34MnxjMY4bgrOCod35jzr_3-RXCbWVZyoeZTOeVpRmcNP2F3j5WrgFrZv3tpyuUCy/s1600/TAVARESGMTnet2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUrURVhf85aXjxNBD829Xam_7fDyUOe87GnVOz83jRQ8krh-gRRA9SenpvZ-L3yBDH_i460_I_A7a34MnxjMY4bgrOCod35jzr_3-RXCbWVZyoeZTOeVpRmcNP2F3j5WrgFrZv3tpyuUCy/s200/TAVARESGMTnet2.jpg" width="133" /></a></div><span style="text-align: justify;">¿Existe la posibilidad de elaborar una Teoría de la Humanidad?, “¿Hacia dónde debe el hombre dirigir su pensamiento para que no lo consideren loco?”, ¿pueden vivir juntos y encontrar espacios comunes un hombre sano que se quiere suicidar y una enferma terminal que quiere por encima de todo vivir?, ¿se puede producir ficción a través de una Teoría de la Humanidad y realidad en un sanatorio?, ¿se puede </span><i style="text-align: justify;">jugar</i><span style="text-align: justify;"> a salvar a todos y asumir una condena propia en cada una de estas salvaciones?, ¿un hombre bastarde puede usar la fotografía para ocultar a los demás una discapacidad física? Aunque no es fácil, los personajes de Tavares intentan responder a estas y otras preguntas, disfrazan bajo la razón posible que pueda encontrarse en un sanatorio o en una habitación doméstica. Las contradicciones de la condición humana quedan reflejadas en las luchas obsesivas de los personajes. Tavares moldea el carácter de los personajes sólo a partir de los otros pese a que parecen estar solos, como autómatas, representando un papel dentro de un escenario parecido al que se desenvolvía Nicole Kidman en Dogville. Son luz en la oscuridad. También hay muerte, porque los personajes se enfrentan, porque los lectores y el autor están obligados a entenderse, porque el narrador maneja a los personajes con soltura y transparencia para significar. Porque todos somos culpables.</span><br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; text-align: justify;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkoAYIKwleBCNJeYSUcf2EyP0eh6NA3ftI_cojbnplMJ0bZefd9Q4kw8XHVrGrUFwMkoDVjEnBElPiwjoIKt53zvn8iD35X_6kcSciqJLjG3ej2S0Qj0aa6g3x4F7gekGF6WsKz-OQBSiG/s1600/Jerusal%25C3%25A9n_Tavares.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkoAYIKwleBCNJeYSUcf2EyP0eh6NA3ftI_cojbnplMJ0bZefd9Q4kw8XHVrGrUFwMkoDVjEnBElPiwjoIKt53zvn8iD35X_6kcSciqJLjG3ej2S0Qj0aa6g3x4F7gekGF6WsKz-OQBSiG/s200/Jerusal%25C3%25A9n_Tavares.jpg" width="119" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br />
</td></tr>
</tbody></table><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i>Jerusalén</i>, de Gonçalo M. Tavares, no defrauda. A continuación, la <b>reseña</b> para <b>Separata. Revista de pensamiento y ejercicio artístico</b>.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Agosto, 2011</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><blockquote class="tr_bq"><div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: center;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 14pt; line-height: 200%;">TEATRO DE MUNDO<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: right;"><i><span style="font-family: Garamond, serif;">Jerusalén<o:p></o:p></span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: right;"><span style="font-family: Garamond, serif;">Gonçalo M. Tavares<o:p></o:p></span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: right;"><span style="font-family: Garamond, serif;">223 pp.<o:p></o:p></span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: right;"><span style="font-family: Garamond, serif;">Mondadori, Barcelona, 2009<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: Garamond, serif;">Tavares hace fácil la aprehensión de la esencia del ser humano sobre la base de una sencilla historia de personajes teatrales que concurren en un espacio no tan ajeno a nuestro contexto. La lectura de <i>Jerusalén</i> se aproxima más a una turbadora vivencia teatral o cinematográfica que a un desafío del lector ante un texto muy bien escrito </span><span style="font-family: Garamond, serif;">—</span><span style="font-family: Garamond, serif;">que también. Dispongámonos en la primera fila: somos privilegiados espectadores de las secuencias que se suceden de una manera fragmentaria. Se abre un telón <i>inexistente</i> y una luz difusa ilumina el rostro de Ernst que mira obsesivamente hacia una ventana abierta en el lado derecho de nuestro escenario </span><span style="font-family: Garamond, serif;">—</span><span style="font-family: Garamond, serif;">el opuesto a nuestra ubicación</span><span style="font-family: Garamond, serif;">—</span><span style="font-family: Garamond, serif;">; un timbre telefónico suena en repetidas ocasiones </span><span style="font-family: Garamond, serif;">—</span><span style="font-family: Garamond, serif;">hasta catorce sacudidas</span><span style="font-family: Garamond, serif;">— </span><span style="font-family: Garamond, serif;">y parece reclamar con ello el protagonismo que merece un componente iniciático de la vida. Después, los sucesos se plasman como detalles minimalistas de la ficción, pequeñas verdades que recolectaremos si es que nuestro deseo se centra en desentrañar el hecho magnífico de que seis personajes (Ernst, Hanna, Theodor, Mylia, Hinnerk y Kaas) se den cita casual en una solitaria madrugada de una ciudad cualquiera, reclamando, como ya hiciera Pirandello en <i>Seis personajes en busca de autor</i>, que alguien les dé vida. Más ardua resulta la salvación espiritual que intenta alguno de ellos al solicitar su entrada en la iglesia tras haber quebrantado </span><span style="font-family: Garamond, serif;">—</span><span style="font-family: Garamond, serif;">sólo en apariencia</span><span style="font-family: Garamond, serif;">—</span><span style="font-family: Garamond, serif;"> uno de los mandamientos sagrados que quedaron recogidos antaño en el <i>Éxodo</i> o en el <i>Deuteronomio</i>: no matarás.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: Garamond, serif;">La cárcel </span><span style="font-family: Garamond, serif;">—</span><span style="font-family: Garamond, serif;">espacio (físico) privativo de la libertad de los seres humanos</span><span style="font-family: Garamond, serif;">—</span><span style="font-family: Garamond, serif;">, en donde este mismo personaje debe purgar las consecuencias de su acto, no dista mucho de parecerse al sanatorio mental Georg Rosenberg en donde transcurre parte de la acción. El sanatorio, a su vez, podría ser una metáfora del modelo de sociedad que estamos construyendo los sujetos de hoy. Allí se arrojan al cubo de la basura los pensamientos que no interesan y estar curado significa “también olvidar el trayecto que permitiría recuperarlos de nuevo”. El resultado, parece claro sobre la imagen de Kaas: el hombre, bastardo de su historia, es hoy un discapacitado físico que intenta ocultar sus defectos a los demás por medio de sus propias fotografías. El olvido se convierte en una enfermedad peligrosa; por supuesto, también el miedo y la violencia mundial que estudia Theodor, un sobresaliente investigador venido a menos </span><span style="font-family: Garamond, serif;">—</span><span style="font-family: Garamond, serif;">epistemólogo, tal vez, como Tavares. Jerusalén, que sólo aparece nombrada en el título y dentro de un dicho popular en la boca de uno de los personajes, parece cobrar relevancia en este contexto de convivencia entre civilizaciones potencialmente opresoras y civilizaciones oprimidas. La línea que separa el pensamiento de la locura </span><span style="font-family: Garamond, serif;">—</span><span style="font-family: Garamond, serif;">los escenarios que conoce el lector de los escenarios de la ficción</span><span style="font-family: Garamond, serif;">—</span><span style="font-family: Garamond, serif;">, es tan delgada que podemos asistir al cierre del telón <i>inexistente</i> que abrió la novela y darnos cuenta de que quizá nunca ha sucedido lo que hemos presenciado </span><span style="font-family: Garamond, serif;">—</span><span style="font-family: Garamond, serif;">o sí</span><span style="font-family: Garamond, serif;">—</span><span style="font-family: Garamond, serif;">, y que sólo la recuperación de nuestro <i>pensamiento</i> podría ser capaz de descifrarlo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt; letter-spacing: 1pt;">Por Conrado Arranz</span></blockquote>Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-66487917000229757172011-05-17T06:09:00.001-05:002012-01-24T16:57:22.850-06:00El profundo sur, el profundo ser de Andrés Rivera<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La repetición de voces genera inquietud. Las balas siembran inquietud. La inquietud no permite ver el origen de las voces ni de las balas. Pasan deprisa ante el lector y sólo se detienen cuando eclosionan en un cuerpo. Estamos en 1919. Cuatro cuerpos, cuatro personajes que confluyen en una historia común de Buenos Aires, Semana Trágica. Desde un camión ―abrigado por la masa, “¡tiren! ¡tiren!”― dispara un hombre con el objetivo de alcanzar a un líder obrero, falla y la bala se deshace en otro cuerpo, es un escritor que suele quemar sus creaciones. Hay, además, un testigo ―a parte del lector―, un librero que se siente unido a una pistola. En realidad, todo ha sido una casualidad, es fácil la excusa, la indiferencia, el silencio. La responsabilidad del que dispara se diluye, no así la del atento lector que podrá identificar en los personajes sentimientos universales que escapan al relato de los hechos. <o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu6Pi1NLwwInV8LZNQv4eh1wOaT3sGmgXkGN7cbH4LVAHGgtiyvFVQZSsSZ9nC050gThXSBDB9BmTEKT1t1Y2EdfT2Y3NrwnLs1yBca8LMl1Xf4kDMJVd76bw5ilHT1AvLHN91tgiiCpuo/s1600/andres-rivera.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu6Pi1NLwwInV8LZNQv4eh1wOaT3sGmgXkGN7cbH4LVAHGgtiyvFVQZSsSZ9nC050gThXSBDB9BmTEKT1t1Y2EdfT2Y3NrwnLs1yBca8LMl1Xf4kDMJVd76bw5ilHT1AvLHN91tgiiCpuo/s1600/andres-rivera.jpg" /></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Una buena <b>noticia</b>: <a href="http://www.veintisieteletras.com/">Veintisiete letras</a> publicará próximamente para España una segunda novela de Andrés Rivera: <i>El amigo de Baudelaire</i>.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Sobre <b>Andrés Rivera</b> podemos encontrar en la red: el artículo para la revista Espéculo de Marta Inés Waldegaray, “<a href="http://revistas.ucm.es/fll/02104547/articulos/ALHI0707110221A.PDF">Andrés</a>”; el amplio seguimiento de <i>El profundo sur</i> por parte de la editorial <a href="http://www.veintisieteletras.com/autor.php?id=2">Veintisiete</a>; Una semblanza y recursos en el portal argentino <a href="http://www.literatura.org/Rivera/Rivera.html">literatura</a>; el comentario y recomendación de Miguel Ángel Muñoz en <a href="http://elsindromechejov.blogspot.com/2008/01/el-profundo-sur-andrs-rivera.html">El síndrome Chéjov</a> .</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEWXLHW4pfbmzAEzxuvMvQNLpPzZVZsydM_1EgyBTHOkIbBzPCxglEQifVVJtFJxU0ZPIPbt-aY4xpkEekvZ4EhLURTXL5gktGyPdvRufuhBt05xOZ6iE2ZDpVDLAWBPL9L_5hAnhtTjxq/s1600/Profundo_Sur.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEWXLHW4pfbmzAEzxuvMvQNLpPzZVZsydM_1EgyBTHOkIbBzPCxglEQifVVJtFJxU0ZPIPbt-aY4xpkEekvZ4EhLURTXL5gktGyPdvRufuhBt05xOZ6iE2ZDpVDLAWBPL9L_5hAnhtTjxq/s200/Profundo_Sur.jpg" width="133" /></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> A continuación, la <b>reseña</b> de <i>El profundo sur</i>, para <b>Separata. Revista de pensamiento y ejercicio artístico</b>, nº.18, Santiago de Querétaro, octubre de 2010.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></div><blockquote><div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: center;"><b><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 14pt; line-height: 200%;">LUGARES COMUNES<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><b><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 14pt; line-height: 200%;">El profundo sur<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></b></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 14pt; line-height: 200%;">Andrés Rivera<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 14pt; line-height: 200%;">93 p<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 14pt; line-height: 200%;">Veintisiete Letras, Madrid, 2007<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: Garamond, serif;"> Entrar en <i>El profundo sur</i> es hacerlo en una cavidad profunda de nuestro propio <i>ser</i>. Ese sur existe en la geografía física de nuestro autor –tierra gaucha, espacio mítico en donde aún hoy escuchamos el lento cabalgar de don Segundo Sombra–, sin embargo ese sur se transforma en un espacio común, en un estado de ánimo, en un sentimiento que envuelve al autor, personajes y lectores en una misma coordenada.<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: Garamond, serif;">Son cuatro vidas las que se cruzan una mañana gris de 1919 en una calle de Buenas Aires. Asesino, testigo, objetivo del asesino y occiso. Son tiempos de Revolución a lo largo y ancho del mundo, tiempos para la subversión de un orden que comienza a establecerse y a separar las clases por criterios materiales. La óptica –relato presente– se fija en un pequeño espacio gris bonaerense en el que la Semana Trágica siembra de víctimas las calles. <i>Víctimas</i>. Verdugos, anónimos paseantes, <i>otros</i>. Uno mismo podría darse cita en esa calle en donde convergen las balas de un fuego cruzado; balas que se impulsan desde la vida y surcan el espacio –común– para estrellarse contra la vida. Vida contra la vida. Un lenguaje probabilístico se afianza en torno al destino de aquellos cuatro hombres. Nadie conoce el pasado del otro –es una batalla de intereses mayores– y exclusivamente al lector se le van desdoblando las páginas de cada uno de ellos; porque al inicio estos personajes son sólo un rasgo físico celebrado con una aguda frase de Rivera, luego nos llegan sus identidades nominales y finalmente, por arte de magia, aspectos concretos –inflexivos– de su pasado inmediato que acaban por definirlos. Las vidas de los personajes quedan apuntaladas por medio de endebles muletas que sostienen sus rostros –como Dalí representara <i>El sueño</i>; estado intermedio entre la vida y la muerte. Silbido de una bala.<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: Garamond, serif;">Es imposible no oscilar con la prosa de Rivera –en ese vaivén contenido que es la vida–, no ser víctima de la intensidad que merece una existencia a priori anónima. Es difícil no inquietarse ante voces externas que surgen en el relato en su facilidad de ser pronunciadas –autómatas– pero que cargan un significado tan complejo. En ocasiones el lenguaje se retuerce hasta convertirse en flujo de conciencia, y las grandes decisiones que ha de tomar un ser humano en la vida –al lado de quién se pone– se reducen a contemplar la exquisita belleza de unas <i>tetas pálidas y gordas</i> –como fantasmas. Relatos presentes y relatos pasados se suceden, como parte de una misma cosa, envueltos en metódicos silencios en los que Andrés Rivera y el profundo sur hablan. <o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: Garamond, serif;">Habrá que estar atentos a esta joven editorial –Veintisiete Letras– que tiene como empeño publicar a autores hispanoamericanos olvidados por el centralismo <i>involuntario</i> de las letras españolas.<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: Garamond, serif;">Por Conrado Arranz<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div></blockquote><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div>Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-32649694070256601812011-03-26T13:56:00.000-06:002011-03-26T13:56:07.967-06:00El reloj de la primavera (un interludio)<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img height="320" src="http://www.dibujos.org/img/reloj-de-primavera-b3026.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="240" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color: orange;">Imagen: www.dibujos.org</span></td></tr>
</tbody></table><br />
<div style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;">Tengo miedo de manipular el tiempo, de acelerar con las yemas de los dedos aquello que es imposible trasladar en largos días con valiosos brazos de exhaustos campesinos. El hombre en su ansia por controlar ―no sólo al resto de hombres― también la luz que se emparenta con el sonido, queremos luz para hablar, luz para escuchar, luz para solapar palabras indecentes que van delante de quien dicta obediencia. El acto es fácil: aprisionemos con dos dedos la pequeña ruedecita dentada de lo que nos esposa cada día, observemos con la atención merecida la esfera siguiendo a la manecilla larga que se acelera, díscola y pretenciosa, hasta poner freno en el mismo espacio en donde se encontraba; deja tras de sí el rastro, perfectamente mudo, de una manecilla larga que sentencia ya una hora de silencio, de palabras que ya no se pueden emitir, de tiempo consumido por la mano del hombre, por la mano que es obligada por una voz, por una voz anónima a la que obedecemos, por una hora de silencio no aprovechada, por esa hora ahora duermo.</div>Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-67834515511518431472011-01-15T19:13:00.002-06:002011-05-17T06:17:01.725-05:00Paseando reflexionando con Sergio Chejfec<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Entrado el año –con sus pormenores y matices peculiares: un viaje a un Berlín congelado, la punta de un cuchillo intentando alcanzar el sistema nervioso, el eco de una nevera rebelde–, me cuesta encontrar la manera a través de la cual abordar la literatura de Sergio Chejfec y, con ella, la de impulsar este blog. Influjos lunares a parte, me valgo de una imagen usurpada –por tanto, <i>original</i>–, que pertenece a una crónica de la escritora <a href="http://dark-paranoid-park.blogspot.com/2010/10/viaje-al-pasado.html">Giovanna Rivero</a>:</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><blockquote>“Las perfectas cabezas de Ponte y Chejfec centelleaban bajo el sol de Menorca y yo pensé en una secta de telépatas, de E.T. capaces todavía de salvar el mundo”</blockquote><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Motivaciones capilares a parte, la realidad impone reconocerlos como dos atrayentes pensadores, poseedores de una vasta y profunda cultura literaria (sobre Antonio José Ponte tengo pendiente escribir una noticia en torno a su plática sobre Lezama Lima en Casa de América, una grata experiencia), que cualquier receptor agradece.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b>Sergio Chejfec</b></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUgPwRiu6u7Ld1gyCjvhJgk1L7EqG93Q3KiQROIXrJTa6mV7rB1A3BBntu7kKL5ppRoki4rLVZd7akEHmvg7rvlXowfqDuyk3hDGCsBPnr5kQQtYfy0axCgCH1_-r8vJaundbOJ-fKmCN-/s1600/chejfec.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="148" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUgPwRiu6u7Ld1gyCjvhJgk1L7EqG93Q3KiQROIXrJTa6mV7rB1A3BBntu7kKL5ppRoki4rLVZd7akEHmvg7rvlXowfqDuyk3hDGCsBPnr5kQQtYfy0axCgCH1_-r8vJaundbOJ-fKmCN-/s200/chejfec.jpg" width="200" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color: #b45f06; font-size: xx-small;">Foto extraída de la revista teína, nº 20, febrero de <br />
2009 (<a href="http://www.revistateina.org/teina20/lit7.htm">incluye entrevista al autor</a>)</span></td></tr>
</tbody></table><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Es como escribe. Y esto –creo humildemente– no es fácil en una sociedad que impone criterios alejados de la individualidad de los autores. Leo <i>Mis dos mundos</i> y me siento pasear al lado de un Chejfec transparente en una especie de juego en el que él cree que yo no sé lo que piensa y, sin embargo, yo sí lo percibo literalmente.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Después de escribir la reseña sobre <i>Mis dos mundos</i> (Barcelona, Candaya, 2008) para Separata –que reproduzco más abajo en virtud de la generosidad de su Director, Federico de la Vega, que nos remite a Madrid los ejemplares con periodicidad– encontré una entrevista al autor en <i>18 escritores. La novela latinoamericana</i> <i>contemporánea</i> (Barcelona, Ediciones Barataria, 2010), libro que publica Barataria, en donde Paz Balmaceda dialoga con muchos escritores, en el marco del último Fet a Amèrica. En la misma, Chejfec, seguramente sin querer, vuelve a transparentar la clave de su literatura, después de una larga digresión, “en gran medida porque la vacilación no me ha abandonado” (p.162), apunta: “Incluso diría que un escritor escribe para disolver su voz. No pienso en mis libros como reveladores de nada en particular, ni como vehículos de experiencia. Los pienso como instrumentos de lectura” (p.169). Podríamos decir que Chejfec hace una literatura disolvente, una literatura de la desaparición, de la abstracción del autor en la letra.</div><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv4qwbEmVaClN8Kk1HOBGABpZGzeiMWvlAqao1TmTnv8oLbBSVj9cgcwzFUXQXUKHbp_QXqD2bzVKEXDzSHCSNnuxcsv0ztkyVCAtnLIiCfa5d_575x02VZbVKPHJ6H0OYg-famXlnr5mV/s1600/ELBERT--Chejfec--011.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="139" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv4qwbEmVaClN8Kk1HOBGABpZGzeiMWvlAqao1TmTnv8oLbBSVj9cgcwzFUXQXUKHbp_QXqD2bzVKEXDzSHCSNnuxcsv0ztkyVCAtnLIiCfa5d_575x02VZbVKPHJ6H0OYg-famXlnr5mV/s320/ELBERT--Chejfec--011.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color: #b45f06; font-size: xx-small;">Foto extraída del diario digital <a href="http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0301/articulo.php?art=10253&ed=0301">Perfil.com</a></span></td></tr>
</tbody></table><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i>Mis dos mundos</i> es una reflexión: el recorrido de un camino que comienza a construirse sobre aspectos del mundo material y, sin embargo, se proyecta a la subjetividad del personaje-narrador(-autor). </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Recuerdo que en mis años de estudio en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense –me gustaba la ciencia jurídica aunque no sabía muy bien por qué–, pasaba jornadas completas en el campus, disponía el horario de las asignaturas a lo largo de todo el día, seguramente para huir de situaciones reales que no quería afrontar; deduzco, por tanto, ahora, que ser licenciado en Derecho constituye una irrealidad que lucha demoniacamente con un diploma oficial firmado por el Rey (no me refiero al protagonista de la fantástica ranchera de José Alfredo). Sea como fuere, necesitaba válvulas de escape a tanta regulación, supongo que me gustaba interpretar los textos pero llegaba un punto en que la imposición del hombre para el hombre me infundía ciertas distancias. Distancias. El escapismo lo llevaba a cabo a través de dos operaciones que se podían reducir a dos distancias: 50 metros, por un lado y 5 kilómetros, por otro. Ambas podría ahora calcularlas con precisión a través del google earth pero perderían todo el simbolismo y el romanticismo que las envuelve, es decir, toda la creencia que yo había depositado en ellas, como una especie de coordenadas vitales. Ambas distancias tenían como origen la Facultad de Derecho: la primera se sustanciaba fácilmente poniendo dirección a la Biblioteca de la Facultad de Filosofía –llena de tantos libros desconocidos–, mientras que la segunda significaba un largo y peculiar paseo hacia mi casa en Puente de Vallecas.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Quiero creerme que a estos trayectos pone voz Sergio Chejfec en <i>Mis dos mundos</i> cuando afirma: “caminar es poner en escena la ilusión de autonomía y sobre todo el mito de la autenticidad” (p.13). Los paseos se convierten en una sustancia personal, la ciudad parece amoldarse a la realidad de la persona, “la medida de la ciudad es uno, eso lo sabe solamente quien camina para nada” (p.57).</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Chejfec elige un parque como núcleo central de la narración –un espacio verde dentro de la materia gris. El parque se convierte en un espacio interior y exterior al mismo tiempo, en donde el lector tendrá dudas para desplegar el significado de las palabras que ambientan el relato. Emociones, sentimientos, aristas, ángulos, van a mostrar su significado en relación a la conciencia del personaje, también hay espacio para el surrealismo a través de la imagen de unos cisnes artificiales (que figuran en la portada de la edición española que lleva a cabo Candaya –paradójicamente observo que también la edición originaria de Alfaguara Argentina reproduce esos mismos cisnes pero mirando hacia el lado contrario y pienso si responderá a un juego editorial o a una metáfora o escenificación del alejamiento de ambas partes del mundo). Se produce un desdoblamiento, y éste facilita la apología del acto de escribir y su relación con el inconsciente: el caminante se dirige a un punto futuro y, sin embargo, sale del presente para acudir a un espacio vacío más amplio y difuso, el pasado. El universo personal del narrador va desplegándose como a través de cada paso, de cada recorrido, de cada distancia, el lector –que también es el narrador– espera sin impaciencia un desenlace –o tal vez no–, “así como uno no elige el momento en que va a nacer, también ignora los mundos variables que va a habitar” (128).</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Un placer sumergirse en la literatura de este <i>extraterrestre</i>. Presiento que no será la última vez que lo haga.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUvEXCwlrfM5VFF6egbvpMsncqZWMPRt4L4VVSw21BAjWBjXd2FLn4iqHy1GELGdgKqUCyj-10noN55ED-2jbdynQxQNzpkBcjj_pm2N2TG_8keHNx5DbblG9e5DCN3kN13FPhfv1_g2iW/s1600/Mis+dos+mundos_Sergio+Chejfec_.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUvEXCwlrfM5VFF6egbvpMsncqZWMPRt4L4VVSw21BAjWBjXd2FLn4iqHy1GELGdgKqUCyj-10noN55ED-2jbdynQxQNzpkBcjj_pm2N2TG_8keHNx5DbblG9e5DCN3kN13FPhfv1_g2iW/s200/Mis+dos+mundos_Sergio+Chejfec_.jpg" width="129" /></a></div><br />
<br />
<b>R</b><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b>eseña</b> de <i>Mis dos mundos</i>, para <b>Separata. Revista de pensamiento y ejercicio artístico</b>, nº.16, Santiago de Querétaro, agosto de 2010. También en <a href="http://www.candaya.com/misdosmundosseparata.pdf">Candaya</a>.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"> <br />
<blockquote><div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: center;"><b><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; line-height: 200%;">LA RETÓRICA DEL CAMINANTE<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></b></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><b><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; line-height: 200%;">Mis dos mundos<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></b></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; line-height: 200%;">Sergio Chejfec<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; line-height: 200%;">128 p<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; line-height: 200%;">Candaya, Barcelona, 2008<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif";">Un parque es “el terreno destinado en el interior de una población a prados, jardines y arbolado para recreo y ornato” –apuntan nuestros académicos de la lengua–, lugar elegido para la indiferencia, para la despreocupación de las labores cotidianas, espacio en el que no todo es lo que parece ni lo que parece es necesariamente real, mapa privilegiado para los juegos literarios del escritor. Encontrar un parque es la obsesión del narrador-personaje de <i>Mis dos mundos</i> cuyo título ya nos aventura una inmersión en primera persona en dos espacios paralelos que podrían no tener por qué coincidir pero que lo hacen bajo la intensa actividad de un lector participativo apoyado por un escritor que se realiza –paradójicamente– en el difícil arte del <i>no-escribir</i>. Ya dentro caminamos con él, nos reconocernos en un personaje que carece de elementos corporales que lo definan –invisible para todos–, confiamos intuitivamente en un Chejfec esquivo que juega a situarse en los vértices del triángulo de la lectura. Observador activo y pasivo a un mismo tiempo, el motor narrativo es la imaginación, el acto mismo de pensar-en-marcha, de trasladarse a esa zona verde, abandonada y atemporal, sin tener necesariamente que moverse de la habitación de un hotel o de un Café a las orillas de un lago, en una ciudad del sur de Brasil, espacios tentativos en donde cualquier escritor estaría llamado a poner en marcha su pluma.<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif";">Bajo un ritmo merodeante pero de extraordinaria economía expresiva, el narrador cede a la voluntad de lo que denomina, tras su toma de conciencia como escritor, “vibraciones mínimas”. Se sumerge en un mundo en el que sólo los animales, a diferencia de los transeúntes del parque, parecen prestarle atención bajo la siempre interrogante y estilizada curvatura del cuello de los cisnes. La mayor virtud de la obra es la de convertir un paseo deliberativo en la construcción de una inmensa obra de arte –al estilo de los móviles de Miró– en la que metaliteratura, filosofía del lenguaje y acceso al conocimiento a través de métodos intuitivos, racionalistas o empíricos, forman un todo. Frases largas de asombrosa precisión, yuxtaposición de ideas a través de paréntesis o ausencia de nexos, van alicatando el camino hacia la profundidad. A Chejfec agradecemos su honestidad; lejos de esconder sus propósitos para beneficiarse de los efectos que generarían en el lector al final del libro, se reconoce el personaje-narrador, con orgullo, en los dibujos de Kentridge del que disfruta con “la materialidad de su obra, su profunda y sincera artificiosidad, porque exhibe la construcción concentrada que va dándole forma y la organiza”. Eso sí, descubrimos en el desorden un procedimiento privilegiado para significar, el mismo que lo redime como personaje-narrador de su pasado. <i>Sus</i> dos mundos son reconciliables, no existen contrastes, son ejemplos de convivencia y adaptación, es difícil apreciar en cuál de ellos habite.<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif";">El paseo por el parque se constituye como metáfora totalizadora de la inmersión cognoscitiva en un tiempo natural, subjetivo, un viaje hacia la mancha verde que aún podemos encontrar en los diferentes pliegues de la materia gris del ser contemporáneo que utiliza el lenguaje como un automatismo más. Chejfec, a través del pensamiento –sin escribir–, consigue un soliloquio silencioso hacia el exterior en el que el lector se convierte en el único personaje privilegiado y autorizado para entrar ¿cargaremos con la culpa derivada de no hacerlo?<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Garamond","serif";">Por Conrado Arranz<o:p _moz-userdefined=""></o:p></span></div></blockquote></div>Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-28323361976072818452010-12-23T05:31:00.000-06:002010-12-23T05:31:26.695-06:00Biutiful y el silencio<div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Siempre que me preguntan por <em>Biutiful</em> digo que no tengo nada que decir –que eso ya es algo. Lo bueno del silencio es que las personas somos incapaces de interpretarlo salvo cuando viene regulado en una norma –aunque nunca se cumpla. Sé, por tanto, que en mi minúsculo ámbito de influencia bocal, he hecho un flaco favor a González Iñárritu.</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGni37oTfPMgISxlD-VloDBOC0oQygEBFBrHiEoL8wAbC8ExaZBfTYPDDVOt7EF0ka_ACyzbHHvlFZSHDnUt-kPhQPuT56CuDRfe4LQxa18zsbElMWidy8qFqP-6WvTo04SGHpyEcKN3cN/s1600/biutiful-cartel-bardem.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" n4="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGni37oTfPMgISxlD-VloDBOC0oQygEBFBrHiEoL8wAbC8ExaZBfTYPDDVOt7EF0ka_ACyzbHHvlFZSHDnUt-kPhQPuT56CuDRfe4LQxa18zsbElMWidy8qFqP-6WvTo04SGHpyEcKN3cN/s320/biutiful-cartel-bardem.jpg" width="222" /></a></div><br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;">Luego de la promesa, encontré una frase perfecta, larga, estilizada, llena de significantes como, con sabio oficio, Gracq sabe ejecutar. Estoy completamente seguro de que Gracq vio <em>Biutiful</em> hace casi sesenta años.</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiH2fElANFzJLaksPKpYA6Xvvcb9jRP2_R3OzkJpy6kpN2n34S85H4GRfmScjdy3lomXEghZ6u8lKJmZgJ7dSfOkJsoUSanhLysstH_-TumxnUGtxlCZxR3n_1qxwrqOrS8WASMVXlvWMhG/s1600/rivage.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" n4="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiH2fElANFzJLaksPKpYA6Xvvcb9jRP2_R3OzkJpy6kpN2n34S85H4GRfmScjdy3lomXEghZ6u8lKJmZgJ7dSfOkJsoUSanhLysstH_-TumxnUGtxlCZxR3n_1qxwrqOrS8WASMVXlvWMhG/s320/rivage.gif" width="212" /></a></div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><br />
</div><span style="font-size: small;"><blockquote><div style="text-align: justify;">“Era la floración que germinaba al fin de aquella podredumbre, de aquella fermentación estancada; la burbuja que se hinchaba, se desprendía, buscaba el aire con un bostezo mortal y expiraba desesperada y hermética en uno de esos estallidos pegajosos que se forman como un crepitar venenoso de besos en la superficie de los pantanos” (<em>El mar de las Sirtes</em>, 1951 – Julien Gracq).</div></blockquote></span>Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-13730140291590626092010-12-22T05:38:00.001-06:002013-03-15T14:19:09.747-06:00Enigmas I<div class="MsoNormal" style="border: currentColor; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqhdHHcB94IsCseTgpp-bSxa383NmfCs6pkmW8oI80aM-F871KBROlA759eGCgkjvATXhSJR8Cp-1xvJDFj7h-E6a-Vir8WfRZetPDcdN9RhHWNnxY6J4m66t2RYuH3Q_7P8-JkVFxEotC/s1600/vARGASlLOSA.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; height: 165px; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; width: 143px;"><img border="0" n4="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqhdHHcB94IsCseTgpp-bSxa383NmfCs6pkmW8oI80aM-F871KBROlA759eGCgkjvATXhSJR8Cp-1xvJDFj7h-E6a-Vir8WfRZetPDcdN9RhHWNnxY6J4m66t2RYuH3Q_7P8-JkVFxEotC/s1600/vARGASlLOSA.jpg" /></a><span style="font-family: Calibri;">Ayer constaté que los libros que tengo del <a href="http://www.elpais.com/articulo/cultura/Nobel/lloro/hizo/llorar/elpepicul/20101208elpepicul_1/Tes">flamante nobel</a> Mario Vargas Llosa habitan con orgullo mi estantería dedicada a la literatura cubana.</span></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBNzgWK1s8rgath9bP2QqjmFz0OBaWOQtOs_oOV_gZM3Byt45lvbmMz2nEoyif2DfWAruzybwWDERhhxvXvJQbKQ8g0pT7PAJ6oxyNDFGq1nX2056kHk1ds5CObbIskpAHhYMpxJqN3VXe/s1600/moho_pared.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; height: 165px; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; width: 144px;"><img border="0" height="200" n4="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBNzgWK1s8rgath9bP2QqjmFz0OBaWOQtOs_oOV_gZM3Byt45lvbmMz2nEoyif2DfWAruzybwWDERhhxvXvJQbKQ8g0pT7PAJ6oxyNDFGq1nX2056kHk1ds5CObbIskpAHhYMpxJqN3VXe/s200/moho_pared.jpg" width="145" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">La casualidad lo quiso después de que una humedad provocada por mis vecinos dejara enmohecida la pared donde se encontraban los libros. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br /></div>
Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-86462869515249870582010-12-08T06:32:00.001-06:002010-12-08T06:40:09.592-06:00Sobre los padres<div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">La primera acepción que de “padre” aparece en el diccionario dice lo siguiente: “varón o macho que ha engendrado”. Últimamente mi vida gira –de una u otra forma– en torno a la figura del padre, últimamente mi vida me arroja a la cara una misiva que dice “soledad”. Esto no quiere decir que yo no tenga un varón o macho que me haya engendrado, al revés, lo tengo y sigue estando presente en mi vida, como faro, a veces recurro a su fuerte olor a tabaco negro para sondear mis tinieblas personales. Apartadas éstas, comienzan las figuras paternas a bailar a mi alrededor: todos los padres del mundo se rebelan contra la existencia de los que quiero, y entonces se asocian con mi sensación de soledad, la suya también, la de todos. Cuando esto ocurre, no sé por qué extraña razón (y aquí solicito una ayuda sabia de alguien que por casualidad llegue a este rincón) aparece un libro de algún escritor francés; harto extraño porque desgraciadamente sé más bien poco de francés –apenas algunas frases que oía a mis primos lejanos pronunciar en algunas vacaciones–, poco también sé de literatura francesa (o al menos, no tanto como me gustaría) y poco de personas cercanas que vivan relaciones en torno al binomio padre-soledad. En fin, como vemos, todo un alarde de ignorancia representada en alta voz.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Así, fueron llegando libros y autores franceses que se debatían entre la figura del padre y la de la soledad, no los libros propiamente, sino mis circunstancias y las circunstancias de mis circundantes. Llegó Albert Camus, llegó Pierre Michon, llegó Julien Gracq y llegó Le-Clézio.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Me detengo ahora en este último por culpa de la rápida lectura de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El africano</i>. Llegué hace tiempo a Le-Clézio por otra obra: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El sueño mexicano o el pensamiento interrumpido</i>. Necesitaba una visión diferente a la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Visión de Anáhuac</i>, diferente a las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, algo más contemporáneo, con la visión del no-implicado-directamente, ahora tal vez pienso que se trató de una especie de legitimación a querer entender y saber lo que a otros les queda más cerca. Luego quise conocer de Le-Clézio algo más literario, pregunté a amigos que sí tenían ese conocimiento de literatura francesa y me dirigieron exclusivamente a una obra: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El atestado</i>; la primera del novelista, la más pura, en donde podemos observar muchos paralelismos con la obra de Camus, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El extranjero</i>. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El atestado</i> es una obra que se recrea en un espacio de soledad, en donde el personaje principal –creo recordar que se llamaba Adam Pollo– mantiene contactos muy puntuales con la realidad, una realidad llena de aristas, de geometrías humanas que encajan difícilmente en el debate existencial que guarda. Soledad. Pero recientemente llegó a mí <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El africano</i> (editorial Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 2008 -2ª edición), que comienza con estas líneas:</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiySM-SHXEQynMuCLm-679hM10PFJk5_xCTE8C_YuF7nfOD2O7ER2OWgSPlz8mFq9Cai_Syx_INOWMb9QkT_Ga20qvJlxmyOQ4VQpHYbxOb7XwYSl7OXN1gM0R4IyB4F6clyjtVWeq80s0o/s1600/lbrs231_tapa+el+africano_2a+ed_web.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiySM-SHXEQynMuCLm-679hM10PFJk5_xCTE8C_YuF7nfOD2O7ER2OWgSPlz8mFq9Cai_Syx_INOWMb9QkT_Ga20qvJlxmyOQ4VQpHYbxOb7XwYSl7OXN1gM0R4IyB4F6clyjtVWeq80s0o/s1600/lbrs231_tapa+el+africano_2a+ed_web.jpg" /></a><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-small;">“Todo ser humano es el resultado de un padre y de una madre. Se puede no reconocerlos, no quererlos, se puede dudar de ellos. Pero están allí, con su cara, sus actitudes, sus modales y sus manías, sus ilusiones, sus esperanzas, la forma de sus manos y de los dedos del pie, el color de sus ojos y de su pelo, su manera de hablar, sus pensamientos, probablemente la edad de su muerte, todo esto ha pasado a nosotros”</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Le-Clézio reconstruye la realidad de un padre que apenas pudo conocer por culpa de los devenires de la guerra y la miseria: un hilo común que unía a África con Europa. Cómo justificar entonces el carácter y las manías de ese hombre que carga un pasado tan complejo, que ha contemplado el estallido violento de un continente que posee extensas porciones de tierra roja. Le-Clézio se enfrenta a la escritura como proceso solitario para reconstruir no sólo la parte de un pasado sustraído sino la propia identidad.</div><span class="Apple-style-span" style="font-family: Calibri, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 17px;"><br />
</span></span>Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-47152167681359502912010-12-02T12:30:00.001-06:002010-12-17T04:34:41.930-06:00Los de abajo<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAUZrHqmz4urnCuQ00mDs9H1eb_KVquN4kcioVnVOIGGL-HKzJK8q0Sn19Ol4jeERUDBDVtDfkp2Zrvo_0ysJOdsnTDuRUDITt6tiI3Ad-O8f_Mdg-Jnj8GZbRbtS1Fl8WM0avghuWr7xM/s1600/LosdeAbajo0001.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" n4="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAUZrHqmz4urnCuQ00mDs9H1eb_KVquN4kcioVnVOIGGL-HKzJK8q0Sn19Ol4jeERUDBDVtDfkp2Zrvo_0ysJOdsnTDuRUDITt6tiI3Ad-O8f_Mdg-Jnj8GZbRbtS1Fl8WM0avghuWr7xM/s320/LosdeAbajo0001.jpg" width="216" /></a><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Poco queda al respecto sino destacar, en un humilde blog que hace tiempo que no se renueva, el papel determinante del médico Azuela en el establecimiento de la novela de la Revolución Mexicana.</span></div></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Como sabemos, </span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: Calibri;">ante el estallido de la Revolución, los caminos literarios siguieron tres vías: en primer lugar, los que escribieron en torno al pasado colonial (un ejemplo podría ser <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Visionario de la Nueva España</i>, de Genaro Estrada </span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;">–</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: Calibri;">1921</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;">–</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: Calibri;">), en segundo lugar, los “Estridentistas” (Maples Arce, Xavier Icaza) y los del grupo “Contemporáneos” (Salvador Novo, José Gorostiza, Carlos Pellicer), que se fijaron más en los procedimientos estéticos que ya se ensayaron durante </span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;">el modernismo</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: Calibri;"> y, por último, los autores que captaron la inmediatez del momento revolucionario como una crónica que los implicó personalmente. </span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;"></span></div></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: Calibri;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;">Mariano Azuela </span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: Calibri;">fundó</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;">,</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: Calibri;"> con su obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los de abajo</i> (publicada en fascículos a lo largo de 1915, luego como libro en 1916 </span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;">–sin </span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: Calibri;">notoriedad en México </span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;">hasta</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: Calibri;"> su publicación de 1925)</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;">,</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: Calibri;"> el ciclo novelístico de la Revolución Mexicana</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;">. Las características generales de la obra vienen determinadas por la inmediatez y la urgencia del momento: su papel de médico durante la contienda le sirvió de motivo.</span></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;">Los de abajo</span></i><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;"> no sólo es una novela realista –crónica de una época convulsa del pasado de México–, establece el canon de la novelística que se va a producir hasta casi tres décadas más tarde: desilusión y pesimismo ante las consecuencias del conflicto bélico, debate en torno a la identidad del mexicano, reproducción de discursos ideológicos, tono épico de la narración –sustentado en el papel de un héroe–, linealidad del relato y simetría estructural, por citar algunas de ellas. Además, esconde temas de relevante profundidad, como por ejemplo el de la tierra en su sentido material (fruto de los conflictos, diana de las decisiones políticas, devoción que lleva a muchos hombres a luchar sin más finalidad que la de preservarla) y en su sentido espiritual, telúrico (relacionado con los derramamientos de sangre sobre ella).</span></div></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los de abajo</i> también se van a retratar por primera vez tipos de personajes que van a sucederse en la novelística de la Revolución Mexicana, así como escenas que van a inspirar momentos de otras novelas (me acuerdo ahora de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La sombra del Caudillo</i>, de Martín Luis Guzmán, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El resplandor</i>, de Mauricio Magdaleno o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La negra Angustias</i>, de Francisco Rojas González).</span></div></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;">De </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Garamond, serif; font-size: 16px; line-height: 18px;">la novela se han hecho excelentes estudios, se han publicado numerosas ediciones, se ha llevado al cine en diferentes versiones. Sobra cualquier intento aquí de análisis –no ha lugar–, sí me gustaría fijarme en un detalle enigmático de la misma que, sin duda, aparece de una manera residual en la trama y, sin embargo, va a expresar la emoción general de los escritores, en los años sucesivos, ante el hecho bélico. Se trata de la aparición, en la Tercera Parte –en el capítulo II– de un personaje secundario: Valderrama. En primer lugar, advertimos su presencia en la obra en la parte en que el intelectual Cervantes ha desaparecido, luego de haber robado lo suficiente para no seguir participando en el conflicto. Este Valderrama, enmarcado en el tono pesimista en el que la epopeya narrativa ha degenerado por culpa del binomio matar-robar que traiciona los ideales revolucionarios, supone un canto lírico de esperanza a los que sí han confiado o confían aún en los resultados de la noble empresa –en el peor de los casos, simplemente supone una evocación de aquellos revolucionarios verdaderos. Valderrama es el que marca el tono más pesimista de la novela, el hilo que nos lleva a la remembranza de los idealistas –no ideólogos. El canto de conciencia de este personaje se lleva a cabo en el cénit degenerativo de la trama: el intelectual Cervantes huido a Estados Unidos desde donde intenta convencer a uno de sus lugartenientes para que robe más y suba con él, las filas del ejército engrosadas a base de antiguos federales que, además, van ocupando puestos de mando, soldados dedicados a grandes borracheras, robos y muertes discrecionales. El canto de Valderrama, consigue al menos una pequeña reacción del héroe Demetrio Macías. “¡Y he ahí cómo los grandes placeres de la Revolución se resolvían en una lágrima!”, afirma el narrador.</span></div>Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-45485721040196948312010-04-05T04:57:00.002-05:002010-12-10T11:04:40.968-06:00Dublinesca y...<div style="text-align: justify;">(Aviso: todo es una interpretación ficticia y desordenada fruto de una lectura frugal y lo más comprometida posible. Se acompaña de una recomendación esencial: lea <em>Dublinesca</em>)</div><div style="text-align: justify;"><br />
<strong><span style="font-size: large;">…la teoría literaria</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">1. Intertextualidad</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">2. Conexiones con la alta poesía</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">3. Conciencia de un paisaje moral en ruinas</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">4. Ligera superioridad del estilo sobre la trama</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">5. La escritura vista como un reloj que avanza</div><div style="text-align: justify;"><br />
En el viaje de vuelta desde Lyon, donde Riba compuso toda una teoría literaria de la novela (algo muy francés, por cierto) que contenía todos estos elementos, Riba percibe la necesidad de perder las teorías para escribir una novela. Hay que viajar, viajar y perder teorías, viajar, perder teorías y apostar por el subconsciente. Así es como se inicia este nuevo viaje por el universo <em>vilamatiano</em>, al menos hasta que en septiembre se publique la teoría redactada en Lyon y destruida en el viaje de vuelta. Lyon es por tanto un viaje en el que no ocurrió <em>nada más</em> que esto. Riba oculta a sus padres este resultado que no comprenderían y que asociarían a una eventual retirada del mundo editorial por parte de su hijo, también lo desconocen. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="font-size: large;">…el pasado, el presente y el futuro</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Por eso desvia la atención hacia otra ciudad en la que nunca ha estado: Dublín; donde se celebrará el funeral de Gutenberg y de toda su galaxia, simbolizada en el <em>Bloomsday</em>, el festival anual dedicado al <em>Ulises</em> de Joyce. Pasado, presente y futuro se dan cita en esta ciudad melancólica como parte de un mismo tiempo, el tiempo de Riba en el que se aglutinan todo tipo de fantasmas, los fantasmas que nos acosan a lo largo de una vida literaria. El pasado inalterable y complejo de la personalidad de Riba, el presente fugitivo y el inexistente futuro de la edición. Una historia de vida y muerte, de <em>google</em> y Gutenberg pugnando por convertirse en fuente de conocimientos del hombre contemporáneo. Tres fases (pasado-presente-futuro) que pueden coincidir perfectamente con los tres capítulos (mayo-junio-julio) que delimitan la novela, pero también con los tres escritores que le conducen hacia Dublín:</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="font-size: large;">…Joyce, Yeats y Beckett</span></strong></div><br />
<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhv72TswtR37G8-9sru7GNzvoDpfvKJjkonDRhqYDUVnMOKO0zu41n9VZha6aqciLiVfMtN5Ml9ceMtLWtBj7H9cOdVuJh8XAynRjWtG26yCWEtzCoxOBfn__1COFpQC0mby-b4ejOc30BL/s1600/Joyce-Becket-Yeats.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" nt="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhv72TswtR37G8-9sru7GNzvoDpfvKJjkonDRhqYDUVnMOKO0zu41n9VZha6aqciLiVfMtN5Ml9ceMtLWtBj7H9cOdVuJh8XAynRjWtG26yCWEtzCoxOBfn__1COFpQC0mby-b4ejOc30BL/s200/Joyce-Becket-Yeats.jpg" width="155" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMOrUQsQLuZANf5fWHgigbQb8Cp27JuvGnATeOmaZwHoJXnGDdpJhRtynh6Ec8Tbo4OZwCQBqwjYNhWAV-xtlybYemzFKZP66pU2fGRUfEd2eNM7aNyjiuXFKh6vdH7sEdociqnCjtZT5I/s1600/Joyce-Becket-Yeats2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" nt="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMOrUQsQLuZANf5fWHgigbQb8Cp27JuvGnATeOmaZwHoJXnGDdpJhRtynh6Ec8Tbo4OZwCQBqwjYNhWAV-xtlybYemzFKZP66pU2fGRUfEd2eNM7aNyjiuXFKh6vdH7sEdociqnCjtZT5I/s200/Joyce-Becket-Yeats2.jpg" width="159" /></a></div><div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: justify;">Joyce, el prolífico, impregna todo el libro con sus citas de <em>Dublineses</em>, de los caballos blancos que se reflejan en el río Liffey cuando uno atraviesa el puente O´Conell, pero también del <em>Ulysses</em> trae lugares, personajes, episodios, estilos, literarios. De Joyce se puede pasar a Yeats, de la mano del cual buscará el centro del mundo en Dublín, de esto hablaremos más adelante aunque conviene referirnos a su poema <em>La segunda venida</em>:</div><br />
The Second Coming<br />
<strong>William Butler Yeats</strong> (Irlanda, 1865-1939)<br />
<br />
<span style="color: #134f5c;">Turning and turning in the widening gyre<br />
The falcon cannot hear the falconer;</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Things fall apart; the centre cannot hold;</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Mere anarchy is loosed upon the world,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">The blood-dimmed tide is loosed, and everywhere</span><br />
<span style="color: #134f5c;">The ceremony of innocence is drowned;</span><br />
<span style="color: #134f5c;">The best lack all conviction, while the worst</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Are full of passionate intensity.</span><br />
<span style="color: #134f5c;"><br />
</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Surely some revelation is at hand;</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Surely the Second Coming is at hand.</span><br />
<span style="color: #134f5c;">The Second Coming! Hardly are those words out</span><br />
<span style="color: #134f5c;">When a vast image out of Spritus Mundi</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Troubles my sight: somewhere in the sands of the desert</span><br />
<span style="color: #134f5c;">A shape with lion body and the head of a man,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">A gaze blank and pitiless as the sun,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Is moving its slow thighs, while all about it</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Reel shadows of the indignant desert birds.</span><br />
<span style="color: #134f5c;">The darkness drops again; but now I know</span><br />
<span style="color: #134f5c;">That twenty centuries of stony sleep</span><br />
<span style="color: #134f5c;">were vexed to nightmare by a rocking cradle,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">And what rough beast, its hour come round at last,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Slouches towards Bethlehem to be born?</span><br />
<br />
(<a href="http://jordidoce.blogspot.com/2009/10/yeats-la-segunda-venida.html">aquí la traduce Jordi Doce</a>) <br />
<br />
<div style="text-align: justify;">…porque es “la segunda venida” a Dublín la que aclara dónde está el centro del mundo de Riba, la que lo desaloje de sus fantasmas, la que lo hace sentir el término soledad y reconocerse como ser humano, tan lejos de Nueva York. Cobra entonces importancia la figura de Beckett, el escritor que redujo su lenguaje a la mínima y esencial expresión, que restaba en lugar de sumar. Alguien en Dublín aún forra toda su habitación con la cara de Beckett, alguien que quizá esté a punto de morir y represente la muerte del autor. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDnGzM6tLaQCd3lFOoo8liFtVKVG6zWvUE1p21wXIoNUsUg5FwY6HWk6boQ2abLSBwJwrnqZgWyMXC0Z9Hv4R5WjTTQA1epSLK1doYOtTGXDsKlGJtTdaVAhZU3k7iqnIPjYb0pu6IX0jG/s1600/samuel_beckett_300px_bw.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" nt="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDnGzM6tLaQCd3lFOoo8liFtVKVG6zWvUE1p21wXIoNUsUg5FwY6HWk6boQ2abLSBwJwrnqZgWyMXC0Z9Hv4R5WjTTQA1epSLK1doYOtTGXDsKlGJtTdaVAhZU3k7iqnIPjYb0pu6IX0jG/s320/samuel_beckett_300px_bw.jpg" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Pero además, los personajes de <em>Mercier y Camier</em> tienen algo que ver en el miedo del editor a una posible recaída en el alcohol, esa fuerza que lo ata al consciente y a la realidad. La coincidencia: Becket nació justo veintiséis meses después del día en el que transcurre el Ulises. </div><br />
<br />
<strong><span style="font-size: large;">…y el alcohol</span></strong><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">En ese camino, del <em>Ulysses</em> a Becket, de lo abundante hacia la nada, de la sobriedad y la conciencia hasta el alcohol y la inconsciencia, transcurren veintiséis meses. El alcohol es el destino cumplido de un sueño premonitorio, es también la posibilidad de que éstos se cumplan, es el camino hacia el centro del mundo (que tal vez luego comentaremos), es fundirse en un abrazo de dolor con el ser que amas, bajo la interminable lluvia que puede estar avisando de que el fin del mundo se encuentra cercano, tan cercano por ejemplo como el primer viaje de Riba con sus padres a Londres para visitar la visión apocalíptica de una amiga en el <em>Tate</em>, sacándolos, por fin, de la calle Aribau donde parece que está el <em>“tiempo atascado, detenido, absolutamente muerto”</em>. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En la reconstrucción final (que no sólo se basa en la memoria de lo sucedido también en la inconsciencia, porque así se reconstruye un ser humano), un cuadro en la habitación, junto a la ventana del departamento de Dublín; <em>“Stairway”</em> de <strong>Hopper</strong></div><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhn6Djz5pJUYH7DktXexCUnSLDs6W8NVVdT4CzTmxzQc1svEUvH8AHTBq1EnbNPHhSilrkXiXfFcogu-e_utuXZOGa88C9NKSgyGe48Dmoe1LFFktv3cET60wlpeCoEx4nS4LdWuWKSLuUz/s1600/Stairway_Hopper.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" nt="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhn6Djz5pJUYH7DktXexCUnSLDs6W8NVVdT4CzTmxzQc1svEUvH8AHTBq1EnbNPHhSilrkXiXfFcogu-e_utuXZOGa88C9NKSgyGe48Dmoe1LFFktv3cET60wlpeCoEx4nS4LdWuWKSLuUz/s320/Stairway_Hopper.jpg" /></a></div> <br />
<div style="text-align: justify;">Unas escaleras que directamente conducen a una puerta abierta, a un punto de fuga situado en un plano inferior que se pierde en un verdor salvaje. Sin duda una invitación a no salir de casa. </div><br />
<br />
<em><span style="color: #134f5c;">“-Sal -dice la casa</span></em><br />
<em><br />
<span style="color: #134f5c;"></span></em><br />
<em><span style="color: #134f5c;">-¿A dónde? -pregunta el paisaje exterior”.</span></em><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><strong>…y Dublín</strong></span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">El espacio donde se conjugan todos los hilos narrativos, los del pasado, los del presente y los del futuro del editor Riba. Un lugar en el que los fantasmas florecen por cada rincón, donde crecen las referencias a Nueva York, su ciudad antónima. Nueva York se traslada simbólicamente a Dublín en la figura de su amigo Nietzky, e incluso en una madrugada de sobria soledad toca erróneamente la puerta del hotel, tal vez en busca de una maleta roja que dejó olvidada. Dublín, la ciudad que envuelve el viaje vacío de Riba a Lyon donde se produjo la teoría literaria. Dublín, la confirmación del salto inglés (que ya no sé si analizaremos), el centro del mundo, el escenario de la representación teatral.</div><br />
<strong><span style="font-size: large;">…y el gran funeral</span></strong><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">Que adopta la forma de un gran teatro al aire libre, con sus referencias espacio-temporales, sus acotaciones, máscaras, apariciones y desapariciones (porque si no, no sería ésta una historia de Vila-Matas), una especie de <em>“gran teatro del mundo”</em> que nos enseñara <strong>Amalia Iglesias</strong> en su poema</div><br />
<span style="color: #134f5c;">Caen,<br />
dices,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">devotos labios de nácar descreído</span><br />
<span style="color: #134f5c;">y hace mucho que la lluvia</span><br />
<span style="color: #134f5c;">sembró algunos silencios</span><br />
<span style="color: #134f5c;">escandalosamente invisibles.</span><br />
<span style="color: #134f5c;"><br />
</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Pero hemos estado siempre en este instante</span><br />
<span style="color: #134f5c;">donde todos los pájaros ensayan una fuga,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">donde ensayan esta cúpula que cierra</span><br />
<span style="color: #134f5c;">el tiempo de la ofrenda</span><br />
<span style="color: #134f5c;"> y la derrota.</span><br />
<span style="color: #134f5c;"><br />
</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Pero hemos estado siempre en este instante</span><br />
<span style="color: #134f5c;">de palabra ancestral</span><br />
<span style="color: #134f5c;">y desolada,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">como inventando un cuadro eternamente</span><br />
<span style="color: #134f5c;">en el espejo turbio de la escena.</span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">Amalia esta también en este funeral por Gutenberg y por toda su galaxia en el cementerio de Glasnevin, un funeral que debe ser lo más paródico posible. En el mismo, las voces se suceden, interrumpiendo los amagos de nuestro amigo y viejo editor retirado Samuel Riba hasta que éste toma la palabra para recitar “<em>Dublinesca</em>” (Dublinesque), de Philip Larkin que le enviara a Riba su amigo Nietzky por email desde Nueva York</div><br />
<span style="color: #134f5c;">Down stucco sidestreets,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Where light is pewter</span><br />
<span style="color: #134f5c;">And afternoon mist</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Brings lights on in shops</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Above race-guides and rosaries,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">A funeral passes.</span><br />
<br />
<span style="color: #134f5c;">The hearse is ahead,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">But after there follows</span><br />
<span style="color: #134f5c;">A troop of streetwalkers</span><br />
<span style="color: #134f5c;">In wide flowered hats,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Leg-of-mutton sleeves,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">And ankle-length dresses.</span><br />
<br />
<span style="color: #134f5c;">There is an air of great friendliness,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">As if they were honouring</span><br />
<span style="color: #134f5c;">One they were fond of;</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Some caper a few steps,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Skirts held skilfully</span><br />
<span style="color: #134f5c;">(Someone claps time),</span><br />
<span style="color: #134f5c;"><br />
</span><br />
<span style="color: #134f5c;">And of great sadness also.</span><br />
<span style="color: #134f5c;">As they wend away</span><br />
<span style="color: #134f5c;">A voice is heard singing</span><br />
<span style="color: #134f5c;">Of Kitty, or Katy,</span><br />
<span style="color: #134f5c;">As if the name meant once</span><br />
<span style="color: #134f5c;">All love, all beauty.</span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">Habla del sepelio de una vieja prostituta dublinesa, a la que en su última hora tan sólo acompañan por las calles de la ciudad algunas colegas. El funeral por Gutenberg, simbolizado en la obra de Joyce, se extiende al de toda la literatura; no debemos olvidar que tiene Riba la manera de leer su vida como un texto literario, incluso relacionarla con el catálogo de autores que ha publicado, todos desbordados por su existencialismo. Sólo durante el funeral y la celebración del <em>Bloomsday</em> hace sol en la novela.</div><br />
<span style="font-size: large;"><strong>…y la lluvia</strong></span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">El resto del tiempo lloverá con fuerza, como si ya no fuera a parar nunca, como si fuera el fin del mundo que se representa en el <em>Tate Modern</em> de Londres.</div><br />
<div style="text-align: justify;">La lluvia, en su caída masiva, va formando charcos enormes, reflectantes, como el mar de Dublín. Las gotas que caen sobre ellos tienen un sonido multiplicador que va a marcar el ritmo de la novela. No puedo evitar pensar aquí que Riba es Isak Borg, el protagonista de <em>Fresas Salvajes</em>, durante su primer sueño, en el que se encuentra solo en una población vacía, toca el hombro de lo que parece ser un señor con traje negro (como los que se surgen y desaparecen a lo largo de Dublinesca) pero tiene una cara vacía y cae a plomo sobre la calle abriéndose la cabeza. Mira un reloj sobre una pared que no tiene manecillas, consulta con el suyo de pulsera que tampoco las tiene, empieza a escuchar entonces el ritmo ascendente de su corazón (sus gotas de lluvia) hasta que observa cómo pasa por delante su propio ataúd sobre un carro que se accidenta y permite ver al occiso, incorporándose para tirar del vivo. Se despierta y celebra a su manera que está vivo.</div><br />
<strong><span style="font-size: large;">…y los círculos</span></strong><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">También esas gotas que caen sobre los charcos gigantes generan círculos concéntricos, cada gota un nuevo centro que desplaza al anterior y emprende un nuevo viaje circular. Así será <em>Dublinesca</em>, los centros que provocan todas esas gotas se irán desplazando no dejando que ninguno se estabilice por mucho tiempo, no por nada está lloviendo y Riba con todos sus fantasmas, desobedeciendo al cuadro de Hopper y retando a la lluvia, decide salir. <a href="http://elblogdepablogallo.blogspot.com/"><strong>Pablo Gallo</strong></a> ya lo dibujó en su pintura "<em>Los Iluminados</em>"</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7oyDkApccj4z_wAKWaUu2GCS1HWlkr4rIkGH6lO6Jn2-UypLcPzi-auirVUd_Bgp4YU_IaXCtCTmE0_2wybEh6pBJNqY0v3CnKvVtE8MEN-za0irYrLi9SNgoQoem0DY58fyQtcr89Iaa/s1600/LosIluminados_PabloGallo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" nt="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7oyDkApccj4z_wAKWaUu2GCS1HWlkr4rIkGH6lO6Jn2-UypLcPzi-auirVUd_Bgp4YU_IaXCtCTmE0_2wybEh6pBJNqY0v3CnKvVtE8MEN-za0irYrLi9SNgoQoem0DY58fyQtcr89Iaa/s320/LosIluminados_PabloGallo.jpg" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Piensa Riba que al centro del mundo se puede acercar por medio de lo extranjero, es la única manera de encontrar ese espacio donde “recuperar la extrañeza ante las cosas, donde pueda recobrar toda esa forma especial de sentir”. En el fondo y pese a acudir a un funeral parece estar buscando excusas para celebrar una nueva vida, su reencuentro.</div><br />
<br />
<strong><span style="font-size: large;">…y el salto inglés</span></strong><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">Por fin. Dejar a un lado todo lo español y francés que maneja con soltura para adentrarse en otros territorios. Pese a ese salto, por sus páginas discurren autores como <strong>Georges Perec</strong>, <strong>Julien Gracq</strong> o <strong>Pierre Michon</strong> y la duda de si este salto conseguirá encontrar algo de su altura. El salto inglés es además la excusa perfecta para conseguir que dos de sus amigos, Javier y Ricardo, lo acompañen a Dublín. La literatura está llena de saltos que se cruzan e intentan explicarse por sí mismos; el año pasado yo mismo me encontraba en un salto francés, precisamente representado por Gracq y Michon cuando me animé a visitar el Museo Pompidou para hacer acopio de obras modernas de autores franceses que explicasen el poder de las metonimias en los personajes desamparados. Allí, frente a una especie de esfera hueca, sesgada por la mitad y colgada, en una extensa pared blanca, por su lado cóncavo, conocí a Pierre Renard Lafine, francés que intentaba a su manera el salto escocés, ensimismado como estaba no pude sino hacerle una foto mientras ascendía por las escaleras mecánicas para cumplir mi cometido.</div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCJ8bxw2VPkuCRq7aRo7k2ib6MKJt5kbYzLWfS7Gzs-ZwzvL01sxbT1jWQfUk3Lw_iPtbYbIFCuq1MlRpi_UnBfMCfa53RkELVUH2Rq4A8p2OU1BvA1UHyAtCRTHDcwFw02KiTSWsM-6Wf/s1600/Par%C3%83%C2%ADs2009+807.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" nt="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCJ8bxw2VPkuCRq7aRo7k2ib6MKJt5kbYzLWfS7Gzs-ZwzvL01sxbT1jWQfUk3Lw_iPtbYbIFCuq1MlRpi_UnBfMCfa53RkELVUH2Rq4A8p2OU1BvA1UHyAtCRTHDcwFw02KiTSWsM-6Wf/s320/Par%C3%ADs2009+807.jpg" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><strong><span style="font-size: large;">…y los escritores</span></strong></div><br />
<br />
<div style="text-align: justify;"><em>Dublinesca</em> es el encuentro del mundo literario: el narrador que escribe cumpliendo todos los requisitos que Riba apuntó en su teoría literaria de Lyon, con una sobriedad fascinante, enlazando ideas, navegando a través de la conciencia y del inconsciente del personaje principal, dando pie a los diálogos punzantes y a las acciones que constituyen el material narrativo de la novela; un narrador talentoso que seguramente sea el mismo que lleva Riba esperando durante tanto tiempo para descubrir y editar por primera vez él. El autor como fantasma del editor. Pero también el lector tiene un papel fundamental en la novela, esta larga exposición puede ser una prueba que seguramente diste mucho de su relación con los motivos que llevaron al propio <strong>Enrique Vila-Matas</strong> a escribir su última novela. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Les invito a compartir estas impresiones en la red así como a visitar la <a href="http://www.enriquevilamatas.com/">excelente web del autor</a>, que constituye un espacio extratextual de la novela.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #0b5394;"><strong>RECURSOS:</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><ul><li><a href="http://enriquevilamatas.com/obra/l_dublinesca.html">Todo sobre Dublinesca</a></li>
<li><a href="http://www.elpais.com/articulo/portada/Ahora/soy/consciente/huia/realidad/elpepuculbab/20100313elpbabpor_14/Tes">Entrevista a Enrique Vila-Matas</a></li>
<li><a href="http://anarodriguezfischer.blogspot.com/2010/03/dublinesca.html">Una opinión</a></li>
<li><a href="http://www.ojosdepapel.com/Index.aspx?article=3542">Otra opinión</a></li>
<li><a href="http://www.letraslibres.com/index.php?art=14702">La crítica de Lemus</a></li>
</ul></div>Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-3836780133795282736.post-70262919631062447612010-04-01T09:40:00.003-06:002010-04-01T12:20:13.914-06:00Inicio<div style="text-align: justify;">Todo fin (<a href="http://ellibrovacio.blogspot.com/">el libro vacío</a>) es un inicio (<a href="http://copalyocote.blogspot.com/">copal y ocote</a>) como toda muerte un nacimiento.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Bienvenidos a su nueva casa.</div>Conrado Arranzhttp://www.blogger.com/profile/10146285887833545975noreply@blogger.com0